Capitulo 1: La señora

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Wang yibo despertó en una habitación
desconocida. Una puerta corredera se encontraba abierta dejando entrar los cálidos rayos del sol que se extendieron sobre su cuerpo calentándolo en el
proceso. Se sentó  en la cama con su
ojos ámbar emitiendo la característica somnolencia de alguien que acaba de
dormir toda una noche.

La túnica sobre su cuerpo se deslizó mostrando la hermosa piel de jade de
Su torso y el desarreglado cabello castaño se desparramó sobre sus hombros concediéndole un atractiva
imagen que el hombre sentado en el escritorio observó con fijación.

Dejó los papeles de sus manos a un lado y se acercó a wang yibo quien al notar su presencia se giró con una expresión de curiosidad.

—Despertaste.

La vez del hombre, ronca y severa provocó un breve temblor en el cuerpo de yibo

—Levántate y ve a lavarte. Firmaremos los papeles cuando salgas.

Yibo se quedó varios minutos
observando al hombre frente a él. Era
alto y musculoso, aproximó que
mediría un metro ochenta, tal vez un poco más. Su cabello negro estaba estirado hacia atrás con un mechón rebelde besando sus largas pestañas.
Su rostro era el ideal masculino, expresión dura, cejas pobladas, ojos negros y penetrantes, ¡Incluso su voz era sexy! Yibo no pudo evitar examinar y reexaminar al adonis frente a él.

Al notar como yibo no parecía tener
intensión de levantarse, xiao zhan
caminó molesto hacia el y se inclinó,
posando sus delgados labios sobre su
oreja.

—No me hagas volver a repetirlo.

Una corriente eléctrica recorrió a yibo y en cinco segundos había
Desaparecido de la habitación, dejando
a zhan con una expresión
Complicada. Usualmente debía gritarle
varias veces para que le hiciera caso, la personalidad del muchacho era
arrogante y explosiva, no era compatible con la suya, controladora y brusca. Esa era la razón por la que
había obtenido los papeles del divorcio. Al fin y al cabo, ese matrimonio fue solo un negocio para unificar a sus familias.

Xiao zhan observó la puerta por donde desapareció yibo seguido de los documentos sobre el escritorio
Negó con la cabeza y volvió a sentarse a comprobar que todo estuviese en orden.
Ambos accedieron al divorcio,
era imposible que ahora se haya arrepentido.

Yibo corrió por todo el pasillo hasta
que finalmente se detuvo. Su corazón
latía con fuerza. ¡Ese hombre era completamente su tipo! Elegante, masculino y autoritario. ¡Un ser perfecto! Pero...eso ahora no era lo
importante. Yibo golpeó sus acaloradas mejillas y se centró en sus alrededores.

¿Dónde estaba? Esa era la pregunta
importante. Busco en sus recuerdos
antes de despertar en la habitación del hombre guapo. Había roto con su novio de un año luego de que este se negara a participar en uno de sus juegos sadomasoquistas.

Volvió a casa molesto y decepcionado.
¿Por qué no había conocido a un hombre homosexualidad al que le gustara dominar y lo fallase como si fuera un jodido juguete sexual? Lo último que recordaba fue tirarse a la cama luego de devorarse un bote de helado y caer dormido.

Ahora se encontraba en lugar
desconocido sin tener una idea sobre
cómo llegó allí.

Yibo observó a dos doncellas
caminando al otro lado del pabellón
ambas jóvenes charlaban emocionadas
sobre algo, así que yibo decidió
seguirlas para preguntarles dónde estaba, pero algo lo detuvo y se
mantuvo a distancia para escuchar su
tema de conversación.

—Anoche el señor era tan apasionado.
Los gritos de la señora se podían
escuchar por todo la mansión.
Definitivamente merece ser llamado
una bestia insaciable.

Una de ellas río mientras la otra se
sonrojaba de pies a cabeza.

—¿Cómo crees que estará la situación
con la señora? —suspiró—. Con
Semejante tamaño, ¿piensas que
Sobrevivió?

—¡¿semejante tamaño?! Le has visto...

— ¡No! —Interrumpió negando con la
cabeza—. Solo me lo imagino. ¿Acaso
no ves su altura? Y el tamaño de sus
pies... ya sabes lo que dicen de un hombre con los pies grandes.

Ambas callaron por un segundo antes
de comenzar a reír a carcajadas,
asustando a yibo.¿Que clase de mujer degenerada pensaría tales cosas?

—Es una lástima que no podemos
Observar.

Yibo lo entendío en un momento. Eran mujeres podridas. Suspiró y decidió
detenerlas antes de que le provocaran dolor de cabeza con su pervertida
imaginación.

—Ejem.

Con pánico, las muchachas detuvieron
su charla y voltearon al mismo tiempo,
una vez vieron a wang yibo, sus
cuerpos temblaron sin control. ¡Es el
fin! Sus voces quebradas lo saludaron
al unísono seguido de una inclinación
de 90o.

—S-Señora.

Yibo asintió imperceptiblemente.

—Quería preguntarles. ¿Dónde
estamos?

Las doncellas no se atrevieron a
levantar su rostro y respondieron como
una.

—Estamos en la mansión, ciudad Y.
Propiedad del maestro xiao zhan y wang yibo.

Al parecer su nombre era el mismo. ¿Lo
sería también su cuerpo? ¿Acaso esto
era un sueño? Pero entonces ¿por qué
no escuchó nunca hablar de xiao zhan
o una ciudad Y? ¿Podría ser...que fue
Secuestrado?

Miles de pensamiento cruzaron por su cabeza antes de detenerse en una
palabra.

¿Señora? !¿Él era la señora?! ¡¿Cómo es
eso posible?!

—Este sirviente lamenta mucho su desliz. Promete que no volverá a hacerlo —dijo una de las doncellas
mientras la otra confirmaba asintiendo
con fuerza. Yibo quería decirles que
no era importante cuando la voz de
Zhan los Interrumpió.

— ¿Qué no volverá a hacer?

Zhan caminó con lentitud hasta
quedar junto a yibo, a quien le llevaba
casi dos cabezas de alto. Las
muchachas palidecieron al verlo.

—Y-y-yo...

Los ojos de las doncellas se
humedecieron, primero la señora y ahora su maestro.

Maldijeron su mala suerte.

—Olvidó llevar mi ropa al baño—
respondió yibo lo mejor que pudo. Tal
vez hablaron más de la cuenta, pero
gracias a ello ahora sabía varias cosas,
sobre todo del hombre a su lado. Miró
con descaro sus zapatos comprobando las palabras de la muchachas. Sus pies
eran grandes.

Trago con fuerza y levantó la cabeza para ver a zhan. Con una cálida
Sonrisa, abrazo intimamente el fuerte
brazo del hombre, rozándose contra
los firmes músculos bajo la fina tela de
su camisa.

—Cariño,  bañemonos juntos —dijo en tono coqueto. ¿No soy la señora?

¡Entonces actuaré como tal! No iba a
desperdiciar el tiempo pensando si
esto es o no una ilusión. El cuerpo del
hombre se sentía real, eso era todo lo
que importaba.

Al ver el extraño comportamiento de
Yibo, zhan fruncio el ceño. ¿Qué era
lo que tramaba? Jamás en sus seis
meses de matrimonio se había
comportado de esta forma tan íntima
con el.¿Lo provoca ahora porque
iban a divorciarse?

—¿Cariño? —Alzó una ceja y se soltó
del brazo de yibo—. Ya puedes dejar de pretender. Termina con tu baño y vuelve a la habitación. Tienes 30 minutos, ni uno menos.

Y con esto volvió a sus aposentos.

"Wang yibo, eres un genuino dolor de
cabeza."












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