Parte III: Familia

418 67 26
                                    

Neteyam parpadeó, atónito. Miró a Ao'nung, luego a Ronal otra vez, y finalmente se miró a sí mismo, posando una mano en su ombligo.

- ¿Estás tratando de decirme que estoy...? - el omaticaya no podía siquiera terminar la frase por sí mismo.

- Embarazado. Así como yo lo estoy. - dijo la metkayina, haciendo el mismo gesto que había hecho Neteyam momentos antes, al llevarse la mano a su propio ombligo.

- Wow, wow, alto. - dijo Ao'nung, con los ojos tan abiertos que parecía que se le irían a salir en cualquier momento. - Espera, ¿Estás diciendo que Neteyam va a tener un pequeño na'vi? ¿Y que va a tener una panzota como la tuya?

- Primero - le dijo Ronal con agresividad. - Ustedes van a tener un pequeño na'vi, ¿qué no sabías cómo se hacen los bebés Ao'nung? ¿Crees que aparecen de repente en el cuerpo de alguien porque un día le dio la gana? Tú asume tu responsabilidad en todo esto, esa criatura también es tuya. Y en cuanto a la panza, todavía es muy temprano para saberlo. - sentenció, cruzando los brazos.

- Pero eso es imposible, Ronal, digo, quizás existe la posibilidad de que estés proyectándote en mí de alguna manera muy extraña... - dijo Neteyam, tratando de hacer que la situación tuviera algún sentido.

- ¿Crees que no estoy segura de mis habilidades como Tsahìk? ¿Estás dudando de mí ahora, después de todo el tiempo que he dedicado a cuidarte? - Le preguntó la aludida, mirándolo de lado.

- ... No, no lo creo. - respondió el omaticaya, pinchándose el puente de su nariz con dos dedos. - ¿Cómo pudo pasar esto? - se preguntó, sin bajar su mano de donde estaba.

- Creo que tú podrías responderte a ti mismo mejor que nadie. - le dijo la Tsahìk - O quizás Ao'nung podría ayudarte, ¿tienes algo que decir, hijo? - preguntó, fijando sus ojos en los del metkayina, que aún no salía de su asombro.

- Fue... - comenzó a hablar, sin saber realmente qué estaba diciendo - ¿Un pequeño desliz? Bueno, más de uno en realidad, quizás más de cuatro, fueron muchos deslices... - Ao'nung no paró de formular su respuesta una vez que hubo empezado, ni aún ante la mirada atónita de su madre y su compañero, sin embargo, al notarlo, se aclaró la garganta - Sólo estoy jugando. ¿No debieron ser más de seis? Y, y no fueron deslices, no voy a mentir, quería hacerlo, tenía...

- Creo que ya es suficiente, Ao'nung. - dijo Neteyam, intentando taparse la cara con una mano.

- Creo que lo que mi hijo quiere decir es que lo hecho, hecho está. Y que se va a hacer responsable de esa criatura tanto como tú, Neteyam. - respondió Ronal, mirando a su hijo.

-... Madre, tienes que estar bromeando, yo... Neteyam... - Ao-nung musitó, mientras parecía estar muy acomplejado por la situación.

- Ao'nung, ¿alguna vez he bromeado contigo acerca de algo tan serio?

- La verdad es que no recuerdo que en mi vida hayas bromeado conmigo... - Respondió el metkayina, sujetándose la cabeza con ambas manos.

Ronal miró a su hijo por un rato, y después volvió su mirada a Neteyam. Comprendió que ambos estaban demasiado sorprendidos, asustados, y probablemente se estaban preguntando qué iba a ser de sus vidas de ahora en adelante. Por lo menos no tendrían que preocuparse de conseguir un trabajo. Ronal suspiró, y trató de dejar sus propios sentimientos de lado para concentrarse en los más jóvenes. Ella les hizo una seña para que se acercaran, y se arrodillaran cerca suyo para que pudieran escucharla.

- Miren, Ao'nung, Neteyam... Me gustaría decirles que deberían haber pensado que esto podría pasar cuando decidieron unirse. Normalmente estas cosas pasan... Pero no en el caso de ustedes. Como sea, es algo que ya pasó, y esa criatura está creciendo... Es su bebé, ¿entienden? Y va a necesitar a ambos, tanto como ustedes me van a necesitar a mí en este momento. - dijo Ronal, con una voz mucho más suave de la que había ocupado nunca con ninguno de ellos.

Kailani [Aonunete]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora