Once Upon A Son [OC]

10. La Boda

✨Que si✨
Parte III

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España-
-1916-

El piso en la sala de estar era duro, sin embargo la alfombra lo suavizaba un poco.

Estaban el uno al lado del otro, recostados en el suelo, hojeando los libros que su madre tenía. Al principio, Marius estaba preocupado de que Olivia no disfrutara del extraño plan que había propuesto. Después de todo, no cualquiera hubiera accedido a husmear en la biblioteca privada de una bruja, en el piso, sobre una alfombra que bien podría desatar sus alergias y ser reprimidos en cualquier momento.

Aun así, ahí estaba ella: brillante y cálida, desde el primer momento de haberla conocido.

Después del incidente con el auto, Olivia y Marius pasaban más tiempo juntos, casi siempre en la ciudad o en las plazas. Hoy era, sin embargo, la primera vez que Olivia visitaba su hogar.

-Tiene muchos libros sobre plantas- dijo Olivia, mientras dejaba de lado un libro de herbolaria y tomaba otro del pequeño montón a su lado.

-Le gustan las plantas.- respondió Marius.

Despegó la vista de su libro por unos instantes, solo los suficientes para verla de reojo: recostada a unos centímetros de él, su mirada perdida en el libro que leía y su cabello disperso por la alfombra.
No entendía qué era lo que sentía. Quería pensar que lo sabía, pero simplemente no podía ponerle un nombre.

No era algo que hubiera leído alguna vez. No, este era un sentimiento nuevo, diferente, pero, y al mismo tiempo, completamente familiar.

Le gustaba pasar tiempo con la joven bruja, su compañía era cálida y reconfortante, como la primavera; pero, también era caótica e impactante, como si los cielos y la tierra colapsaran entre sí.

Llevó su vista hacia sus manos, eran tan delicadas y elegantes y él solo podía imaginar que se sentiría sostenerlas entre las suyas. Estaba tan cerca y a la vez tan lejos que sentía que colapsaría en cualquier momento.

Marius suspiro con pesadez y volvió a su lectura, llevando esos sueños consigo. Sueños que permanecen en su imaginación, tal vez por siempre. Y, mientras él lamentaba un suceso sin ocurrir, pasaba por desapercibida la mirada de la bruja, quien lo veía con la misma confusión en su corazón.

La puerta de la casa se abrió de pronto y un pesado repiqueteo anunció la llegada de la bruja dueña de la colección de libros que ahora formaban un desorden en la sala de estar.
Y, antes de que cualquiera de los dos quisiera esconder la escena del desastre, ella cruzó el umbral hacia donde estaban, arqueando la ceja una vez que los vio

-¿Que sucede aquí?- pregunto Peggy, su voz reflejando verdadera curiosidad.

Ambos se sentaron de inmediato y, mientras Olivia deseaba esconder su mirada nerviosa, fue Marius quien decidió hablar.

-Solo queríamos leer.- dijo el.

Su madre le prestó poca atención, caminando directamente hacia la pequeña bruja en el suelo, quien solo pudo sentirse más pequeña al percibir a la mayor acercarse.

Una vez frente a ella, se puso de cuclillas y, con delicadeza, levantó el mentón de Olivia, tocándose con una brillante mirada plateada, la cual parecía iluminarse cada vez más.