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—¡No! ¡Así no!— gritó Gavin, con el ceño fruncido. Estaba sentado al lado de Richard en el sofá, frente a la máquina de cerámica girando. Ahueco las manos de Richard mojadas de agua y cerámico y lo guio —Debes hacerlo despacio, así...

Cuando Gavin lo invitó el sábado a su casa para pasar la tarde haciendo cosas de cerámica y bebiendo vino, jamás se imaginó esto. Había estado toda la tarde intentando hacer una simple taza. Pero siempre se le destruía y tenía que comenzar de nuevo. Y Gavin no era un buen profesor, se desesperaba demasiado rápido.

Bueno, era romántico de todas maneras. Ya estaba atardeciendo y la sala de estar se llenó de tinte color naranja. Por más que Richard le dijo que él podía hacerlo solo y se negó a la idea de que Gavin lo ayudará "porque él era muy inteligente y podía resolverlo", Gavin finalmente se cansó y se sentó a su lado, exhalando.

¿Ves? Despacio— Gavin movió sus manos con delicadeza, mostrándole como debería ser el movimiento.

Pero ahora que estaban cerca, lo que menos pensaba era en el trozo de cerámico giratorio frente suyo. Le gustaba el perfume de Gavin y su calor corporal, y cuando vestía el anaranjado del sol, se veía aún mejor.

¿¿Me estás escuchando??— le preguntó, enojado. Richard había girado su rostro para verlo, sus rostros estaban muy cerca. Este solo parpadeó suavemente en respuesta.

¿Qué mierda estás mirando?— Gavin alzó una ceja al ver que los ojos de Richard se dirigían a sus labios. Tiro su cabeza hacia atrás y entrecerró sus ojos —Tienes que centrarte en el cerámico. No funciona si tú te distraes-

Richard le dio un beso. Y Gavin sonrió, tomándolo de su jersey para atraerlo a él y besarlo más profundamente, manchando su ropa oscura de cerámico. En venganza, Richard ahueco su rostro y lo empujo contra el sofá, sin separarse del beso. El zumbido del motor de la máquina se escuchaba en el aire, tanto como sus respiraciones agitándose cada vez más. Richard se olvidó de que quería aprender para regalarle una taza artesanal a su hermano mayor por su cumpleaños. Ahora solo le importaba chocar y frotar sus caderas con las de Gavin.

Hacer una escultura, con sus manos, de ese cuerpo debajo de él. Tomarlo con delicadeza entre sus manos y girar, girar juntos, hasta que los trozos de sus almas se unan y formen juntos una bella figura de cerámico; y se eternicen en esa figura.

Se separaron del beso, como si necesitaran respirar. Como si ellos no fueran el aire del otro. Gavin jadeo y lo miró a los ojos, sosteniendo su rostro. Detuvo la mano de Richard sobre su cinturón y sonrió cerca de su rostro.

—Ah-ah, tienes que terminar la taza primero.

Richard se dejó caer sobre el pecho de Gavin y comenzó a reírse, jadeando.

—¿De verdad, Gavin?

—Sí, vamos, ¡Arriba!— Gavin empujó suavemente el cuerpo de su amante, y se escapó de sus manos —Maldito pervertido— murmuró y Richard se rio de eso.

...

¿Eh? Sí— Gavin respondió a la pregunta de Chris, mientras preparaba un café —Me hubiera gustado estudiar y llegar a ser detective. Pero ahora... ya es muy tarde.

—Nunca es tarde para hacer lo que te gusta, Gavin. Además, me has ayudado mucho. Creó que tienes un gran potencial para serlo. Richard me lo dijo y él es muy inteligente.

Gavin sonrió de lado. La puerta de la cafetería se abrió y entro su amante. Su cuerpo enteró se puso contento y acomodó su cabello hacia atrás. Oh vamos, como si Richard no lo hubiera visto despeinado y desastroso.

Para encontrarte de nuevo debo caminar hacia atrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora