身体语言 [ YugKook ]

U N O

—Diablos, me siento hecho mierda.

Kim Yugyeom murmuró en la cafetería de la escuela con una taza de café en la mano. Sentado frente a él, Jeon Jungkook lo miraba con exasperación.

—¿Cómo te puedes sentir hecho mierda? Acabas de llegar. Dudo que te llegues a sentir mejor bebiendo del café de la cafetería. Además, pensé que tenías clase en el tercer periodo. Será mejor que comiences a moverte o llegarás tarde.

El receso del almuerzo estaba apunto de finalizar por lo que la cafetería se encontraba ya casi vacía. Jungkook tenía libre el tercer periodo así que estaba pensando dirigirse hacia la biblioteca y prepararse para sus clases media vez Yugyeom se fuera— el mismo Yugyeom que se encontraba deprimido sobre la mesa, bebiendo de su café barato y ralo.

—Tus modales son desastrosos. —Jungkook dijo mientras fruncía el seño. Yugyeom suspiró ante la observación de Jungkook.

—Como sea. Los modales realmente no son lo mío. —notando la expresión enojada en la cara del chico, Yugyeom lanzó una mirada asqueada a Jungkook.

—¡¿Qué?!

—Yugyeom, ¿sabes lo que es la justicia divina?

Yugyeom lucía mas molesto con cada palabra de Jungkook. En cualquier caso parecía que Jungkook había logrado despertarle.

Yugyeom era bien parecido, alto y a la moda.

También poseía una buena cantidad de dinero y un auto. Yugyeom tenía lo que cualquier estudiante universitario necesitaba para ser popular, y aun así existía algo que se inmiscuía en el camino de una vida social privilegiada.

Tenía la peor personalidad.

Bueno, para ser más específico, el problema era la manera con la que trataba al sexo opuesto. Desde que había iniciado la universidad, Yugyeom había, de acuerdo a los rumores, tenido mas mujeres de las que se podían contar con ambas manos.

—Durante el primer año las mujeres hacían fila para salir conmigo.

—Entonces, ¿Durante el segundo año no habían tantas?

Yugyeom frunció el seño ante la respuesta rápida de Jungkook.

—Tuve una provisión estable de mujeres durante todo el segundo año, pero desde hace dos meses que no he tenido una novia. ¡Maldición, mi vida apesta!