El Laberinto

Capítulo 5 - Amor

Hay amores tan bellos que justifican todas las locuras que hacen cometer"

-Plutarco

Eric y Carolina se conocían incluso desde antes que comience la guerra. Eran vecinos desde pequeños y ambas familias eran muy unidas.

Ella tenía un año menos que Eric y asistieron siempre a la misma escuela. Pasaban mucho tiempo juntos desde pequeños, y en cuanto entraron en la adolescencia no tardó mucho en aparecer el amor entre ambos.

Fue durante la guerra, cuando aún no sabían si sus padres volverían (el papá de Carolina también había sido reclutado para combatir) cuando Eric le confesó su amor. Era una noche triste, si bien ellos vivían en una zona relativamente segura y que finalmente no se vería afectada por la guerra en lo que a daños edilicios y perdidas de vida se refiere, ya que si daría origen a "La fraternidad", porque ambos estaban preocupados debido a que hacía varias semanas no recibían noticias ni cartas.

Eric, para distraer a Carolina, la había invitado a cenar juntos y mirar películas. Hacía varias semanas ambos habían ido acercándose más el uno al otro. Abrazos prolongadas, caminatas de la mano. Pero aún ninguno de los dos se animaba a dar un paso más.

Cuando terminaron de ver la primer película, ambos estaban en silencio. Carolina apoyaba su cabeza en su hombro.

Entonces Eric giró hacia ella y la miro. No hizo falta mediar palabras. Ambos se unieron en un beso que por dentro se sintió eterno.

Luego del beso, Eric le dijo que la amaba y le prometió que pasara lo que pasara con la guerra y sus familias, el jamás la abandonaría y la cuidaría siempre.

Eso había sido hacia 4 años, un año antes de que terminara la guerra y que ellos y sus familias pasen a ser habitantes de "La franquicia".

Ahora debería romper su promesa. Al menos por un tiempo. Sabía que lograr que ella acepte que participe de "El laberinto" no iba a ser tan fácil como si lo había sido hacer que lo acepte su familia.

Pero también sabía que si lograba ganar el evento, la fortuna que tendría también serviría para ayudar a Carolina. Su padre si había logrado sobrevivir a la guerra, pero había sufrido serias lesiones que lo habían dejado recluído a una silla de ruedas. Si ganaba, Eric quería compartir su fortuna con ella y ayudarla a que su padre tenga una mejor calidad de vida.

Al día siguiente de haberle contado a su familia su participación en el evento, Eric se levantó temprano y desayunó.

No tardo mucho en arreglarse e ir a la casa de Carolina.

Al llegar, fue muy bien recibido por sus padres. Ellos lo querían mucho ya que lo conocían de pequeño y apreciaban mucho el bien que el era para Carolina y lo feliz que la hacía.

Luego de saludarlos, se dirigió al cuarto de Carolina donde ella aún dormía, para despertarla. La saludó con un beso, otro más de los tantos que se habían dado en los últimos 3 años. Sonriendo a pesar de que había sido despertada, ella le dio los buenos días, pero enseguida noto en la cara de Eric que algo malo sucedía.

Cinco minutos después, Carolina lloraba y le pedía a Eric que se fuera de su habitación. Como era de esperarse para Eric, en cuanto le contó su decisión de participar de "El laberinto" ella se enfadó y no hubo forma de hacerla entrar en razón. Eric era el pilar que la sostenía y la sola posibilidad de perderlo le parecía horrenda. Por eso la decisión de el le dolió muchísimo y no quiso verlo más, no podía soportar lo que sentía en ese momento.

Pero antes de irse y cerrar la puerta de la habitación de Carolina, Eric le juró que volvería y le pidió que confiara en el. Carolina no respondió nada, seguía sumergida en llanto en su cama. Ese día no se levantaría de la cama hasta la noche.

Eric, mientras regresaba a casa, se prometió también a si mismo que no podía fallar. No podía fallarle a Carolina y tampoco a su familia. No soportaría perder a nadie más. Sus objetivos se habían agrandado. Debía ganar el evento para poder salvar la vida de su hermana, y ahora también para recuperar el amor de Carolina. Debía volver con vida y evitar ser exiliado y perder a todos para siempre.