Capítulo 4: Inscripción

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Una vez que tomas una decisión, el universo entero conspira para hacer que ocurra"

-Ralph Waldo Emerson.

Eric tenía la decisión tomada. Iba a participar de "El laberinto" este año. Si bien sentía un poco de temor, sabía que era la única opción para conseguir una solución rápida a los problemas que estaba atravesando su familia.

Su hermana Celeste empeoraba su salud día tras día, debido a que su madre no lograba juntar el dinero suficiente para todas las medicaciones que eran necesarias en su tratamiento.

El problema era que dentro de la cabeza de Eric también giraba la idea de que si no lograba ganar el premio, no volvería a ver más a su familia. Sería un fracaso y sentía que de esa forma los estaría abandonando. Además, su familia ya había sufrido mucho cuando habían perdido a su padre durante la guerra.

Sin embargo, estaba decidido. Faltaban varios meses para que cumpla 18 y pudiera conseguir un trabajo en la comunidad para ayudar a pagar la medicación de su hermana, y temía que ella pierda la vida antes de ese momento. Debía actuar ahora.

Cuando Eric le contó a su familia, 3 días antes del comienzo de las inscripciones para "El laberinto", que iba a participar, generó emociones muy distintas en cada uno de los miembros de la familia. Benjamín, quizás aún pequeño para comprender los riesgos que implicaba su participación, se emocionó y se puso contento, ya que consideraba que su hermano se volvería popular entre la comunidad N°3. Griselda, su madre, quedo petrificada. Temía mucho por el, pero a la vez comprendía por qué lo hacia y sabía que dijera lo que dijera, el no iba a cambiar de opinión. Celeste rompió en llanto. Ella no quería morir, pero tampoco quería que su hermano muera y se negaba a que el participara.

Sentía que era egoísta de su parte dejar que el arriesgue su vida para poder prolongar la de ella. Pero tras una larga charla durante la cena, todos concordaron en apoyarlo. Juntos como familia, comenzaron los preparativos para que Eric participara del evento.

Al fin y al cabo, así es como debería funcionar una verdadera familia, apoyándose unos a los otros cuando es necesario, y siempre buscando el bienestar de todos.

Esa noche, Eric se fue a dormir más tranquilo. Se había sacado un peso de encima. Pero aún debía hablar sobre su decisión con alguien más.

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