Capítulo 29: Sueños hechos realidad.

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Tiempo después.

Los sueños de Jennie algunas veces eran confusos, cortos y extraordinarios, pocas veces lograba darle fin a una de las tantas historias
que su cabeza reproducía y cuando
lo hacía se levantaba con un gran
ánimo, se sentía completa e haber
culminado una historia, más aún cuando podía recordar todo. Esa vez
había tenido uno tan maravilloso que había llegado a su final pero ella quería saber más, mucho más y por eso no se levantaba de la cama, tratando de volver a dormir y recrear aquel sueño que sin dudas aún sin terminarse era su favorito.

De pronto sintió un par de labios
que dejaban besos sutiles por todo
su rostro, en sus mejillas regordetas de 'mandu' y también en su pequeña nariz para terminar en sus labios, fue inevitable para la castaña no sonreír ante la muestra de afecto, era una de sus maneras favoritas de despertar.

-Lisa, tuve un sueño muy bonito.

-Seguramente porque aparecí yo.

Jennie sonrió negando aún con sus
ojitos cerrados. -Soñé que teníamos
una hija por fin, ¿sabes cómo se
llamaba?

-Uh, déjame adivinar, ¿Roseanne?

-Sí y era preciosa, con ojos grandes y brillantes, sus mejillas eran muy tiernas y tenía ojos que mostraban un universo en ellos, además nos llamaba por apodos lindos, ya éramos una familia.

La rubia dejó escapar una risa corta
mientras acariciaba sus mejillas.
-Supongo que fue un gran sueño pero es momento de despertar.

Jennie soltó un suspiro antes de abrir finalmente sus ojos gatunos lentamente por la luz que entraba desde la ventana, vió a Lisa recostada a su lado apoyando
su mejilla en su palma, viéndola con
tanto amor que desbordaba hasta su
sonrisa.

-El desayuno ya nos está esperando.

Asintió antes de llevar una de sus manos a la cabecita que reposaba en su pecho, peinando el cabello revoltoso que tapaba los ojitos cerrados de la menor.

-Rosé, vamos a desayunar.

La pequeña movió de un lado a otro su cabeza negando, aferrándose aún más al calorcito que el abrazo de Jennie le proporcionaba.

-Un ratito más. -murmuró.

-Entonces sería una lástima que la
fiesta comience tarde.

Con lo último dicho la pequeña
dejó atrás el sueño que no la quería
dejar ir, conectando todos sus cables para encender su batería ya recargada. Estiró sus brazos y agitó
sus manos para sacar la pereza, como las tortuguitas de la canción que Lisa le cantaba cuando no quería levantarse.

-Buenos días mamitas. -saludó,
acercándose a cada una para dejar un besito en sus mejillas.

La sonrisa de Jennie se extendió
al escucharla, Rosie no paraba de
llamarlas así junto a sus anteriores
apodos desde que llegaron y para
ellas era extraño porque no le habían hablado de eso, aunque lo intentaron al día siguiente de la adopción, Rosie les había dicho que no importaba ya que ella las consideraba sus madres y eso era
lo único que importaba.

Ella dijo con su vocecita: -Los sentimientos algunas veces no necesitan explicaciones, ustedes son
mis mamitas porque así lo siento y soy feliz.

Las había sorprendido cuando lo dijo, tanto que tuvieron que contener las lágrimas porque su
pequeña podía pensar que dijo algo
triste siendo todo lo contrario.

-¡El gatito risueño quiere jugar!

Las carcajadas del menor se escucharon por toda la habitación
mientras que Jennie dejaba ir sus
pensamientos y bajaba de la cama
para abrir la ventana, observando
en una de sus macetas las flores
que la adornaban después de tanta
dedicación para que finalmente
florecieran, aún recordaba cuando
solo eran dos y un botoncito creciendo al medio de ambas.

we are jaune ᥫ᭡ | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora