Capítulo 10: La habitación Blanca.

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En la cocina con the weeknd de fondo dándole un ambiente melancólico a la escena, el aroma de la piña junto al pollo y el vino, tenían a Lisa en su lugar, en calma y concentrada, su respiración era lenta y sus manos cortaban con agilidad las zanahorias y pepinos, entre momentos se quitaba algún mechón de cabello de su rostro que picaba sus ojos pero eso no la desconcertaba. Se sentía tranquila.

-Luces tan atractiva siendo una profesional, hay veces que no termino de creer que seas mi esposa, Lalisa Kim. Suena encantador.

La rubia sonrió de lado por las ocurrencias de la mayor quien parecía una espectadora apoyada en el umbral de la puerta admirando el empeño de su pareja.

-¿En qué momento cambié mi apellido por el tuyo, Kim?

-Hace tres años, cuando acepté el anillo.- Dijo, cruzando sus brazos para tomar una postura intimidante.

- Ah, claro - La castaña entrecerró los ojos siguiendo los movimientos de la rubia desinteresada que guardaba algunas cosas en el refrigerador - Jennie, saca el pollo del horno, por favor - No obtuvo respuesta. Giró sobre sus talones encontrándose a Jennie con la vista baja y jugando con sus anillos de plata- ¿Jennie Kim? ¿Jennie? - Volvió a ser ignorada. -Amor.

Dejando los guantes en la mesa, se acercó a la coreana para llevar sus manos hasta su cintura, acercandola a su anatomía en un abrazo, pronto sintió los brazos de la otra rodearla y una dulce risa que transmitía la sensación de que había logrado su cometido.

-Eres muy manipulable, Lili.

-Y tú demasiado adorable ¿por qué me haces eso? Sabes que mi corazón no puede resistirse.

-Lisa, deja de enamorarme de esa forma, estoy sufriendo. Voy a de mandarte.

La más pálida sonrió con gracia, levantando el rostro de Jennie para tenerla frente a frente juntando sus narices en una posición similar al beso esquimal - ¿Por qué lo harías?

-Por robo de sentimientos, exceso de belleza, ternura y por ser guapa, eso es un delito muy grave.

-Ah, tendré cadena perpetua entonces. - Sus labios rozaron con los carnosos de la castaña, saboreando el bálsamo de durazno que los hacía brillar.

Fuera de rozes o pequeños juegos con sus narices, unieron sus labios en un beso suave que los conectaba directamente con sus corazones, sin otras intenciones continuaron su pequeño y cariñoso momento con una que otra sonrisa de por medio.

Un jaloneo en la manga del pantalón de Jennie la hizo voltear hacia abajo donde estaba Rosie queriendo llamar su atención.

-¿Comemos? -

Inquirió la azabache.

-Pero parece que estás hecha de barro Rosie ¿qué estuviste...? - Lisa le dió una rápida mirada, junto a sus pies que parecían haber dejado huellas por todo el apartamento.

La carita de la menor demostraba su desconcierto ¿acaso hizo algo malo?

-Creo que necesitas un baño.

-¡Baño de espumas!- Dijo la azabache -Bobujas, a Rosie le gustan las bobujas.

Poniéndose de cuclillas a la altura de la menor, la rubia apretó su nariz sin demasiada fuerza logrando que arrugara la misma -Eres una mocosa así que vamos a darte un baño.

-Ve a bañarla que yo preparo la mesa y luego vienen, tendré leche caliente lista para su pancita.- Dijo Jennie.

- Como diga jefa Nini, cumpliré la misión de limpiar con cuidado a la pequeña princesa de la casa - La voz firme y la postura de Lisa hicieron que la morena comenzara a reír, aún más cuándo empezaron a marchar como los soldaditos de la televisión.

we are jaune ᥫ᭡ | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora