(Génesis 1:1)En el principio Dios creó los cielos y la tierra.
A
l principio fue un cuento de terror para pequeños.
Más allá de los árboles a través del parque.
Un monstruo.Un ser que venía a llevarse a los niños que no dormían.
El no le tenía miedo a los monstruos.
Nunca.El día en el que pudo verlo con sus propios ojos cambio.
El tiempo volaba.
Nunca más se lo volvió a ver.Seis meses.
El tiempo vuela...
"——¿Cesar?" Lloró, dentro de la oscuridad lo encontró. Sentado sobre un tronco mientras sus pequeños ojitos miraban las hormigas del suelo sin pestañear, manos juntas. Haciendo nada. "¡Cesar!"
Grito, ahora corriendo a su lado antes de poder tocarlo. su piel fría, sus ojos vacíos que carecían de vida. Le rompieron el alma, su voz no podía salir más que en un frágil y débil llanto en desesperación. Sus manos se aferraban al cuerpo menor, llevándose al más pequeño de ahí sin mirar atrás en dónde lo había encontrado. La luz fue lo que sus ojos vieron al salir de la oscuridad, antes de presenciar siluetas amontonadas en un lugar fijo, moviendo sus manos hacia el mientras que otra figura le observaba con una emoción no identificada a su vista. Las presentes figuras está vez lo guiaron hacia una dirección en dónde el edificio blanco estaba en frente. Figuras, colores, fue una experiencia interesante, nunca había tenido una igual después de todo lo que pudo haber sido testigo.
Palabras sordas pasaron, muecas de disgusto y hasta una cama blanca fue en dónde lo tumbaron a descansar. Pero no estaba enfermo, No podía estar enfermo. Su cabeza dió vueltas, algo extraño, un sentimiento muy poco concurrente tomando en cuenta a como estaba ahora.
"——¡Cesar!" Un grito le llamo la atención antes de observar hacia arriba, la misma figura. Ceño fruncido, tono de voz elevado, manos reducidas a puños mientras exigía algo desconocido a su vista.
"——¡Ya basta Mateo! ¡Lo vas a sustar!" Una voz le gritó de vuelta, tres figuras en un solo lugar. A lo que la figura con aspecto masculino observo con decepción la situación, bajando a su asiento.
"——Señor y señora Torres, les pido por favor que tengan paciencia." La tercera figura hablo, sus ojos se enfocaban en cosas importantes. Tenían lágrimas, sus ojos aspiraban a tener vida, respiraban. Algo que el carecía desde el momento que fue devuelto hacia su hogar, su voz estaba silenciada por el momento antes de poder siquiera.
"——Lo lamento mucho Doctora, mi marido tiene…"
"——¿Que? ¿Poco temperamento? Pff, ¡Vamos mujer!" Grito una vez más. "¡¿No ves que estuvimos desperdiciando dinero y tiempo por este malcriado?!"
Su dedo le apunto, sus labios se fueron acercando mientras iba abriendo la boca, finalmente atrapando su dedo en su boca antes de bajar sus dientes y poder sentir los huesos crujir debajo. Un grito se escuchó, antes de poder sentir una presión en su pecho que lo echó hacia atrás y lo dejo caer en la cómoda camilla debajo de el. Algo muy opuesto al golpe que acababa de recibir en su pecho, solamente gritos de confusión por parte de los tres fue lo que pudo escuchar además de un par de griteríos e insultos que estaban dirigidos especialmente hacia el. Por ahora, había unas pequeñas indirectas sutiles que le dejaban en claro que ambas figuras eran sus padres, su mente aún las recordaba pero de manera diferente.
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𝙔𝙤𝙪 𝙖𝙧𝙚 𝙣𝙤𝙩 𝘾𝙚𝙨𝙖𝙧 𝙩𝙤𝙧𝙧𝙚𝙨.
Ficción GeneralCuando se vio al espejo, su silueta era lo único que podía maldecir por ser un monstruo. Su reflejo falso portaba todos los defectos correctos de un ser humano, al mismo tiempo, reflejaban todo lo que fue...todo lo que podía haber sido sin excepcion...