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𝟒𝘾𝙏. 𝟎𝙉𝟑

Todo era demasiado tranquilo para su gusto, al punto de generarle arcadas el como nadie había asesinado todavía.
Malditos estúpidos, ¿no entendieron en qué lugar están? ¿es en serio que no pondrían su parte para cooperar? Ugh, da igual.

Se aguantaría sus inmensas ganas de vomitar ante el sitio ahora pacífico, ahorita mismo no sacaría ese método, por lo que optaría por algo que fuera acordé con el momento.

"¿Qué podría hacer?" pensó, "todo lo que tengo en mente es solo para hacerlos sufrir, pero no creo que sea adecuado sacar eso todavía" volvió a pensar, mordiéndose las uñas por intentar crear algo capaz de hacer los participantes movieran el culo, pero todavía no sintieran tanto la hostilidad del sitio, aún.

Rayoneando se encontraba, hasta que alguien muy conocido entró de imprevisto, cómo era de costumbre.

─── ¿Por qué echa humo por las orejas? ─── preguntó sin muchas ganas, evitando así un lapicero que fue lanzado a su rostro.

─── ¡Nadie ha hecho absolutamente nada en este tiempo! ─── pataleó un poco ─── sin embargo, cuento con unas personas para que abunde el llanto aquí, aunque todavía no han hecho movimientos...

─── Tiene varias ideas en mente, ¿por qué no simplemente pone una de ellas?

─── Porque son demasiado buenas para estrenarlas ahora, además, algo me dice que vendrá el caos pronto, por lo que me gustaría hacer algo que los hiciera entrar en confianza con el resto, y así si muere alguien, sufran hasta quererse morir ─── sonrió, dando vueltas en su silla de oficina.

─── Uh, entiendo. En ese caso, ¿por qué no hace el amigo invisible? quién sabe, quizás Jiro regale un ojo o algo así a quien le toque, un susto se saca la otra persona cuando menos...

─── ¡Brillante! es bueno tener a algunos aliados conmigo, ya habría ejecutado a todos por no proporcionarme entrenamiento ─── alzó un bolígrafo, para después tirarlo por ahí empezar a mover unas cosas en el monitor.

───¡Ejem, ejem! ¡Probando, probando!

Dió unos golpes al micrófono, todos escucharon esa voz característica, no había rincon en donde no hubieran altavoces para los diarios anuncios.