Cincuenta y tres.

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Leer bajo su responsabilidad.




























Los besos en su nuca lo despertaron, el día iluminaba toda su habitación se sentía cálido, completo. Enzo lo tenía atrapado entre sus brazos, si ese iba hacer su despertar durante el resto de su vida estaba completamente feliz y de acuerdo.
Se dio media vuelta para quedar enfrente al morocho, abrió los ojos encontrándose con un Enzo muy despierto.

"Buen día, precioso." murmuró, su voz ronca a causa de recién levantarse.

Julián sonrió, acercando su rostro aún más al del otro.

"Buen día." habló, para luego sentir un beso en sus labios.

Sonrió, complacido.

"Me puedo acostumbrar a esto, eh." soltó Fernández.

Mordió su labio fuertemente, llevando una mano a los obres del otro.

"Pensaba lo mismo..."

Unos dulces labios se estamparon contra los suyo comenzando un beso necesitado, haciéndolo soltar un gemido gustoso, Enzo apretó su agarre en su cintura en respuesta sus lenguas se encontraron rápidamente y comenzaron una batalla que Julián no quería que terminara, el morocho giro su rostro para profundizar el beso y el castaño se aferró de sus hombros no quería separarse pero la falta de aire se lo impidió, el menor se posicionó encima suyo.

"Quiero esto." habló tratando de recuperar un poco el aire, el joven ojinegro tenía los ojos más brillantes que nunca y su pecho subía y bajaba.

"¿Estas seguro? no quiero que te sientas obligado, precioso." Julian enredado sus brazos alrededor de su cuello acercándolo nuevamente para que sus labios se rozaran ligeramente.

"Nunca estuve tan seguro, Enzo." lo oyó gruñir feliz y Álvarez volvió a juntar sus labios de nuevo esta vez un poco más lento, queriendo saborear y disfrutar del otro. El menor soltó un gemido y eso mandó una corriente eléctrica a todo el cuerpo del otro.

El beso continuó, Enzo se separó de su boca y bajo hasta su cuello dejando besos húmedos desde atras de su oreja hasta su garganta, marcándolo como lo había hecho la primera vez. Sabiendo perfectamente que aquello no saldría en días, el mayor sintió desfallecer cuando sin querer sus erecciones se rozaron soltó un fuerte jadeo llevando una mano a su boca para callarse de la vergüenza.

"No, no te tapes." el morocho salió de su escondite estaba ruborizando y su pelo era un lío, ante los ojos de Julián se veía maravilloso.

"Si." volvió a besarlo y juli comenzó a levantarle la remera rozando con sus dedos la piel suave y bronceada del otro, no sabía que hacer exactamente pero se guiaba por sus instintos. Logro quitársela completamente y acaricio con sus manos los omóplatos de Enzo, éste se posicionó entre sus piernas y al hacerlo sus erecciones rozaron nuevamente sacándole un gemido a ambos.

El pelinegro comenzó a jugar con el elástico de su pantalón, se separó de Julián y lo miró con una sonrisa de lado. "No sabes cuántas veces soñé con esto." el castaño a ese punto era un lío tenía las mejillas super coloradas y su respiración irregular. Oía la fuerte lluvia afuera que había comenzado y las gotas que golpeaban su ventanal.

"En-enzo por favor..." hacia mucho calor sentía que en cualquier momento explotaría, el nombrado le quitó el pantalón junto a los boxers de un solo tirón dejando a la vista su elección, con su mano acarició sus muslos.

Nunca se había sentido tan expuesto, creía que iba a morir de la vergüenza.

"Sos precioso, bebé. Todo mío." Dijo como si hubiera leído su mente.

Todo mal con vos / AU Julian X EnzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora