⚠️Advertencia: esta historia NO fue creada con fines románticos, nada de lo que este escrito aquí se justifica ni debe de ser clasificado como romance o mucho menos romantizar todo lo que suecede aquí. Se les pide discreción
El Estocolmo NO es algo...
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“El abusador necesita aislar a la víctima para que su juego funcione”
La noche transcurría pesada, fría y no podía escuchar si alguien estaba despierto, la gira era lo que menos necesitaba en ese momento, peor suponiendo el silencio de las calles nadie estaba despierto, se removió en la cama, sintiendo reseca su garganta y ya no le quedaba saliba que le ayudara, solo por esa optó por salir a voluntad propia sintiendo la necesidad de beber agua o algo con que saciar su sed, al abrir la puerta se preparaba por sí Wally estaba cerca, para su suerte no lo había visto suspirando tranquilamente, sus pies seguía descalzos y tenía cayos, algunos un poco quemados sintiendo algo de dolor sin percatarse que sangro un poco, cada paso que daba le era doloroso, sus piernas de igual forma dolían pero no sentía algo dolor insoportable que llegase a sentir como en su niñez.
Llegando en la cocina, busco un basó viendo que en la mesa había una jarra de agua, como cualquier ser necesitado de algo que ayudase a olvidar la recequedad de su boca, no dudo en beber de esta sirviéndole en el basó, al beber camino hasta la sala mirando por la ventana, podía ver por fuera, podía ver como la luna tenía un leve resplandor dejando ver las demás casas y puestos del vecindario, camino un poco, quedando aún a distancia de la ventana, no podía gritar, más a esas horas, Probablemte no la escuharian y sólo haría que Wally se diera cuenta de su intento de escape. Retrocedió unos pasos hasta caer en el sillón grande quedando acostada en este, de reelnege se sentía somnolienta sin poder pararse, voz teso, sintiendo sus ojos pesados hasta que finalmente los cerró, quedó ahí, dormida con rapidez sin percatarse de sus cosas.
“mi carrusel ”
Había susrrado, dormida.
—vaya, ¿un carrusel? —interrogó el de cabello azul sonriendo —. Parece que al final esa droga si funciona
Sonrió, tomándola en brazos y llevándola a la habitación que la había dejado en un principio, la acomodo bien mientras la arropaba con cuidado con la manta, había tudao sus lesiones al igual que sus lastimados pies, por mala suerte no he ja con que curarla ahora, pero lo haría, no iba a dañarla de forma física, siempre y viendo supiese comportarse.
—veamos —lo pensó, escuchando nuevamente la palabra carrusel —. Que curioso, ¿de qué carrusel me hablas?
—el carrusel de mi abuelo —respondió mientras abrazaba una de las almohadas —. Mami y el abuelo me había dado un carrusel... Tenía música —su voz de la nada se quebró —. Quiero de vuelta mi carrusel, con su linda música que me decía que todo estaba bien
—un carrusel con música —susurro divertido —. Creo que ha tengo un lindo regalo para ti
Sonrió mientras aún inspeccionaba mejor como le iba a la muchacha, esperando a que dijera algo arrepintiendose de ver como ella lloraba pidiéndole a su abuelo que le diera un abrazo y llamando a su madre.
