Capítulo 5

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Min Ho no había mentido al decirle a Taemin que sería llevado para hacerle análisis y que sería interrogado, porque después de que su casa terminó de ser registrada sin poder encontrar evidencia sobre los supresores, los militares le habían pedido que los acompañara y cuando él dudó y quiso negarse, Choi lo miró en silencio y asintió como si le dijera que debía de aceptar.

No sabía si era un beneficio del trabajo de Min Ho, porque su madre era gobernadora o porque era su esposo, pero fue permitido que el alfa los acompañara en el mismo auto, sin embargo, al llegar al laboratorio en el que se harían los análisis, no le fue permitido a Choi entrar, no obstante, luego de que los resultados estuvieran listos y salió para ser llevado a la sala en la que se lo interrogaría, su esposo continuaba en el pasillo.

Taemin había cumplido con todo lo que Min Ho dijo, o casi todo, ya que se negó a delatar a la persona que le dio los supresores, sino que en su lugar guardó silencio cuando le fue preguntado y jugó con sus manos sobre el escritorio, mientras su mirada a cada momento se dirigía al soldado armado parado en una esquina de la habitación.

—Señor Choi, por favor colabore.

Taemin se mordió la lengua una vez más como cada vez que en esa sala fue llamado por el apellido de su esposo, porque desde que se casó el apellido de su familia pareció desaparecer y era llamado "Señor Choi" para todo, excepto por las personas que eran cercanas a él y solían llamarlo por su nombre.

—Señor Cho...

—Fue mi esposo —habló bajito.

—¿Qué?

—El que me dio los supresores fue mi esposo.

Sabía que eso no era exactamente lo que Min Ho le pidió que dijera, pero no pudo pensar en otra manera de librarse de la pregunta sin involucrar a la persona que le ayudó a conseguir los supresores, y creía que su esposo a diferencia de él, no tendría mucho problema con el respaldo de su madre.

—¿Está seguro?

—Sí. Mi celo se acerca —dijo bajito mientras jugaba con sus manos —mi esposo me dijo que no podría volver a casa debido a su trabajo y sugirió que usara supresores para poder pasar mi celo solo. Yo no sabía donde conseguirlos, además... es ilegal, y él los envió a casa, no sé quien los entregó, cuando abrí la puerta estos estaban ahí.

Taemin había escuchado que las mentiras debían de llevar un poco de realidad para ser creíbles, y era lo que estaba haciendo en ese momento. La manera más segura de que consiguiera los supresores, era de que estos llegaran a su casa como si fueran un paquete por correo, con la diferencia de que no serían llevados por ninguna empresa de paquetería, porque todos sabían que estos generalmente eran revisados, por lo que tenían que ser bastante cuidadosos con el tema.

Después de unas cuantas preguntas más que parecían una trampa para que el omega dijera la verdad, los soldados que estaban interrogándolo salieron de la sala, dejándolo completamente solo. No podía negar que estaba nervioso y que se sentía constantemente observado, pero no había nada que él pudiera hacer ahí más que esperar, claro, si no decidían condenarlo por usar supresores.

Taemin había escuchado sobre varios castigos por el consumo de supresores e ir a prisión o recibir una multa eran los más leves, aunque nadie tampoco dijo que fuera verdad de que incluso podía haber pena de muerte, quizás porque ese era un tema que querían mantener en secreto para que el temor de lo incierto fuera un límite.

No estaba seguro de cuánto tiempo pasó para que la puerta se volviera a abrir. Taemin ya se había dicho que si debía de volver a dar su declaración esta debía escucharse más creíble que antes, no obstante, a quien vio no fue a los soldados, sino a Min Ho, que tenía su rostro serio e imperturbable como siempre.

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