Capítulo 26

506 96 11
                                    

Taemin generalmente odiaba el poder que representaba su suegra, pero por una vez en su vida no lo hizo y fue cuando la usó como respaldo para conseguir una cita con el obstetra cuando no había turnos, porque él le había dicho a Min Ho que debía de acompañarlo a su consulta y no quería que descubriera que le había mentido, que tal cita no existía, por lo que usar el nombre de la gobernadora le aseguró un lugar.

Cuando eran reclutados se decían muchas cosas, pero Taemin pensaba que más de la mitad de ellas eran verdaderamente ridículas, como que los omegas eran débiles, que no podían trabajar si se casaban a menos que su alfa se lo permitieran, entre otras cosas, pero la que empezaba a creer era aquella de que cuando estaban embarazados, eran dependientes de sus parejas, o tal vez solo era él quien estaba defectuoso, porque los otros omegas que veía en la pequeña sala de espera, no parecían querer subirse al regazo de sus parejas y esconder su rostro en su cuello por siempre.

Min Ho no se había quejado en absoluto cada vez que él se acercó buscando algo de contacto físico, sino que parecía bastante comprensivo, pero sus manos poco lo tocaban, como si temiera que cambiara de opinión y quisiera apartarse. Taemin no sabía la razón de que al estar en casa estaba bien con eso, pero en ese momento, mientras estaban cada uno sentado en una silla, sin tocarse en absoluto, sintió que no le gustaba, pero tampoco lo hacía su necesidad por algo de atención.

—¿Vas a irte después de la consulta?

Min Ho volvió su mirada hacia Taemin, como si no hubiera escuchado lo que acababa de decir y el omega bajó la mirada a sus manos que estaban sobre su regazo, odiando el deseo de pedirle otra vez que se quedara.

—Ya te quedaste más de lo que debías.

No lo estaba echando, pero Min Ho la noche anterior, cuando le volvió a hablar de la cita de ese día, le había recordado que debía de irse temprano y, a pesar de eso lo tenía ahí, sentado a su lado cuando iba a dar medio día.

—Te llevaré a casa luego de la consulta y luego me iré.

Con esa respuesta se suponía que debería de estar feliz, tan solo meses o semanas atrás lo hubiera estado, pero ahora sintió como si un hueco comenzara a formarse en su estómago, haciendo que quisiera tomar la mano del alfa para pedirle que no se fuera, pero ya lo había hecho el día anterior, no quería volver hacerlo.

—¿Serás sancionado por quedarte? —preguntó bajito.

—Estaré bien.

Min Ho miró en silencio cada expresión del omega, sin perderse ninguna de ellas. La preocupación que quiso ocultar cuando le preguntó sobre si sería sancionado por quedarse y como pareció aliviado luego de su respuesta, aunque ni él sabía bien si sería de esa manera, ya que nunca antes desobedeció a sus superiores.

—Tal vez vuelva el siguiente fin de semana.

Esperó ver disgusto en el omega, quizás un poco, pero este lo único que hizo fue pasar su lengua por sus labios, humedeciéndolos y asintió. No hubo una expresión feliz, pero no ver un ceño fruncido fue suficiente para que Min Ho se dijera que debía de tramitar los permisos respectivos para poder ir a casa más seguido, después de todo, era parte de su derecho, aunque era muy poco común que lo hicieran, muchos de sus compañeros, como Jong In, preferían transferirse a trabajos locales que estar lejos de sus parejas.

Taemin casi agradeció mentalmente por no tener que decir algo más, ya que su nombre fue llamado para que entrara a la consulta. Todas fueron preguntas de rutina que el omega ya había escuchado y casi le quiso decir al médico que él ya sabía cómo estaba, que quería pasar a la parte del ultrasonido para que el alfa viera a su hijo.

SistemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora