La reencarnación de Big Shot barre el mundo

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Capítulo 254: Soy muy bueno haciendo llorar a los niños

"Mmm, no lo sé". El niño pareció pensarlo seriamente. "Hermana, ¿qué tal si respondes todas las preguntas que quieras?"

A Sheng Yang no le gustaba molestarse, así que simplemente respondió: "Recibí las pinturas. Gracias. A mi madre le gustaban mucho".

"Um..." El niño dejó de hablar. La frustración en su voz se podía escuchar por teléfono.

Sheng Yang sonrió impotente. "Estoy comiendo y durmiendo bien también. Puedes venir a jugar conmigo en cualquier momento.

Su dulce voz finalmente sonó feliz, como si estuviera llena de luz solar.

Yi Juncheng, que miraba desde un lado, se sintió celoso.

Nunca supo que podía ser tan infantil.

¿Por qué le molestaba un niño que todavía estaba mojado detrás de las orejas?

Sí, valía la pena sentirse molesto por...

De repente se inclinó hacia adelante y le susurró al oído a Sheng Yang: "Ya casi es hora..."

Su voz sexy y soñadora fue captada por el teléfono y llegó al otro lado.

"¿Quién es ese?" El niño era muy agudo. Antes de que pudiera obtener una respuesta de Sheng Yang, de repente se echó a llorar.

Sheng Yang estaba atónito. "¿Por qué estás llorando?"

"No creo que la hermana me pertenezca solo a mí". Dennis lloró lastimosamente.

Desafortunadamente, Sheng Yang no lo creyó y respondió sin rodeos: "Nunca te he pertenecido solo a ti".

Yi Juncheng se enderezó, de repente sintiéndose engreído.

Para él, la honestidad de Sheng Yang fue tanto un desastre como una bendición.

Dennis se frotó los ojos y charló con Sheng Yang un rato más antes de colgar el teléfono.

Sheng Yang colgó y miró a Yi Juncheng con calma.

Aunque no creyó el acto de Dennis antes, también pudo decir que Yi Juncheng lo había hecho a propósito.

Yi Juncheng se encogió de hombros y dijo con orgullo: "Soy muy bueno para hacer llorar a los niños".

"... ¿Por qué?" Sheng Yang pensó que no sería mezquino con los niños pequeños.

Se inclinó hacia delante de nuevo, apoyando la mano sobre la mesa. Sus ojos oscuros, como flores de durazno, brillaban como piedras brillantes. "Gracias a ti."

Mirando su rostro tranquilo y hermoso, su nuez de Adán se balanceó en silencio.

"¿Porque tomó mi tiempo?" Sheng Yang bajó la cabeza. "Está bien, ya veo".

Yi Juncheng puso los ojos en blanco y de repente recordó lo que dijo antes. "Ya era hora..." Él sonrió. Realmente se había pegado un tiro en el pie.

Sin embargo, su forma de pensar era realmente diferente a la de la mayoría de las personas.

Sheng Yang rápidamente bajó la cabeza y terminó las ecuaciones.

Los números densamente empaquetados eran vertiginosos.

Sintiendo que el electrocardiograma también estaba lleno de líneas, parpadeó.

*

Sheng Yue finalmente llegó a clase con la muñeca envuelta en una gasa blanca.

Ya había perdido demasiado. Entendía muy bien su situación actual. Huir no mejoraría las cosas. Al contrario, solo empeoraría todo.