Nuestro futuro - Cynonari

2- Reencuentro

A la mañana siguiente, desperté como de costumbre, abrazado por completo a Cyno al igual que mi cola estaba abrazada a él. Extrañamente él seguía dormido, tal vez la sesión de anoche lo dejó muy cansado, pero yo debía de levantarme temprano para ir a visitar a Collei.

Con cuidado, agarré mi ropa sucia junto con la de Cyno y la llevé a la canasta de ropa sucia, no pensaba ponerme eso nuevamente hasta que esté completamente limpia. Busqué un poco de ropa limpia y encontré un viejo uniforme de guardabosques, eso me traía muchos recuerdos, cuando aún era guardabosques y Collei era mi alumna, por poco y llegaba a soltar una lagrimita por la nostalgia.

Fuí a la sala y dejé la ropa en el sofá, prefería cambiarme en la sala en vez de despertar a Cyno, pocas veces lo veía así de agotado. Después de eso me dirigí al baño para quitarme todas las impurezas y semen seco que tenía en mi cuerpo, debí de haberme duchado anoche, pero fuí un flojo y solo llegué a pasarme un trapo.

Mientras estaba en la ducha, viejos recuerdos volvieron a mí, como por ejemplo la época en la que estaba como el mejor Guardabosques del bosque y Collei quería seguir mi ejemplo. En el que Cyno y yo éramos muy unidos, pero no lo suficiente para formalizar una relación, pues todo antes era demasiado complicado, estábamos muy ocupados en nuestros trabajos y poco tiempo teníamos para intentar formalizar algo, yo quería y sabía que él de igual forma, solo tuvimos que esperar el momento correcto para así estar unidos siempre.

De repente mientras pasaba el jabón por mi espalda, recordé ese horrible día en el que ese rayo casi me mata. Lentamente pasé mis dedos por las marcas que había dejado el rayo, parecían raíces que habían crecido por casi toda mi espalda y parte de mis brazos, me daba dolor de cabeza solo recordar eso, ni siquiera sabía bien quién había sido, supuestamente fue un robot que se había salido de control, pero habían demasiadas lagunas en mi mente que no se llenaban con esa información.

Mientras estaba perdido en mis pensamientos, unas manos tocaron mis orejas las cuales estaban agachadas para no recibir el agua directamente dentro de ellas y tener una posible infección. Rápidamente me dí media vuelta y ví que era Cyno, estaba desnudo y listo para tener una ducha conmigo.

Pensaba tomar una ducha antes de volver a la academia... Pero me alegra encontrarte aquí, ¿Dormiste bien, Nari? - Preguntó Cyno mientras agarraba el jabón y me ayudaba a poner jabón en el resto de mi cuerpo. Cyno de inmediato notó como estaba un poco apagado debido a mis recuerdos.

Dejó el jabón a un lado, ahora ayudando a echarme agua por todo el cuerpo y a la vez teniendo cuidado con mis orejas. Finalmente al estar limpio, me sacó del centro de la ducha, poniéndome a un lado mientras que ahora él se encargaba de darme un par de besos en mis cicatrices. - Has recordado eso de nuevo... ¿Verdad? - Asentí con los pocos ánimos que tenía, Cyno sabía de mi problema y siempre sabía cuándo me llegaba a afectar, pues en cualquier momento sentía que revivía ese trauma y los recuerdos me golpeaban al igual que ese rayo; me entraban a menudo, por ejemplo cuando llovía y habían truenos, esas eran las peores partes, a veces tenía que pedir permiso de la Akademiya para quedarme en casa, odiaba salir en esos días lluviosos.

Reaccioné nuevamente cuando sentí que Cyno había cerrado la llave del agua, mirando a este a los ojos mientras ya veía que se había terminado de duchar, ¿Así de metido estaba en mis pensamientos que no había escuchado a Cyno en todo ese tiempo? Me sentía avergonzado.

Salimos de la ducha y cada uno se secó con su respectiva toalla, yo me demoré un poco más para secar, cepillar y ponerle mi aceite especial a mi cola, Cyno normalmente se me quedaba viendo para así aprender algún día cómo es que llegaba a dejar mi cola tan perfecta y esponjosa. - Entonces... ¿El aceite es al final?... ¿Y cuántos minutos hay que cepillar la punta? - Eran diarias las preguntas como esas, solía soltar unas risitas debido a eso, pues Cyno parecía un niño pequeño que le preguntaba de todo a su madre.