Y si el fuego mata,
el agua lo es más,
y el aire dulce,
lo hace torres,
que aniquilan.
Y el polvo envuelve,
y sacude truena y destruye,
atormenta, fatiga, lucha,
te ata, desata,
y las huellas flores conservan.
Y el veneno de las llaves,
pudre el candado,
para avanzar, correr y liberar,
voces y tormento,
en la luz que suena.
La melodía al compás,
es el hacer y el no hacer,
caminos, con astros, lluvia,
y ácidos que dañan,
y matan, la bomba, el tiempo.
Playas y bosques,
en el sonido de la obscuridad,
y el sonar que no suena,
y nada existe.
Y está todo y no está,
y la velocidad engaña,
como los colores,
que dicen ser ellos,
y no lo son.