CITY of LIES ; Tom Kaulitz

004;

[CITY of LIES]

Sin pensarlo más abrió la ventana y dejo pasar al chico.

— Me hubieras esperado en la puerta, iba a bajar...

Pronto fue interrumpida

— Perdóname hermosa, no me gusta esperar — Dijo el chico de rastas mientras le sonreía picaramente a la joven

Ambos mirándose mientras sentían que el ruido desaparecía poco a poco. Ella se estaba poniendo nerviosa por lo que rápidamente se alejo y abrió la puerta de la habitación.

— Vamos, llévame a donde quieras

Después de aquellas palabras sintió las grandes manos del contrario en su cintura

— ¿Segura? Porque no te sorprenda que te lleve a un lugar en donde te haré gritar, muñeca

De inmediato un fuerte sonrojo adorno las mejillas de la contraria por lo que lo miro completamente nerviosa

— No te preocupes, no haré nada que no quieras... a menos de que tu me lo pidas

Susurro en su oído derecho ajeno mientras que la chica tragaba saliva

— Solo vamonos ¿ya?

Y ambos salieron de aquella casa, subiéndose al auto del chico de rastas.

[...]

Habían ido a comer a un lugar bastante privado pero la chica se había dado cuenta de que se habían acumulado bastantes paparazzi en la entrada del lugar.

— ¿Por qué se habrá acumulado tanta gente?

Pregunto la contraria mientras sentía la mirada penetrante de Tom.

— Tal vez por ti preciosa, quien no intentaría fotografiar a una chica tan hermosa — Le respondió el chico de rastas lo que causó un sonrojo en la muchacha.

— Tu también eres lind-

De inmediato fue interrumpida

— Claro que lo soy, pero ¿sabes como me vería más lindo? Arriba de ti... sin ropa

Definitivamente en el mismo instante la chica se lo imagino lo que causó que casi se ahogara con su saliva.

— Eres un imbecil – susurro la chica para después solo desviar la mirada, pero no estaría mal aquella situación. Se lo imaginaba y no podía evitar sonreír.

— ¿Que tal si nos vamos a un lugar más privado? — De inmediato los dos se levantaron debido a la pregunta del chico, la respuesta era clara.

Querían ir a un lugar privado.

TOPH

Cuarto capítulo.