𝘽𝙡𝙪𝙚 𝙡𝙤𝙘𝙠 - 𝙤𝙣𝙚 𝙨𝙝𝙤𝙩𝙨

Besame

con : Nagi seishiro, karasu Tabito, Itoshi Rin

Nagi Seishiro

De repente lo tiras hacia abajo con un fuerte tirón de su camisa. Los ojos de Nagi se abren con sorpresa, pero es demasiado grande, demasiado firme para volcarse; así que solo parpadea al ver tu cara de puchero preguntándose por qué lo miras con ceño fruncido. Por unos momentos, se miran el uno al otro sin dejar de estirar el cuello a pesar de que ya lo están tirando hacia abajo. Nagi ve vacilación en tus ojos, tu agarre en su camisa se afloja un poco cuando se da cuenta de lo que quieres pero no pedirías.

Una pequeña sonrisa se apodera de su rostro, y la presunción en su mirada te hace querer huir de la vergüenza. Pero antes de que puedas despegar, manos grandes agarran suavemente tus muñecas impidiendo que te muevas, acercándote mientras Nagi se inclina rápidamente para cubrir tus labios con los suyos. Tu jadeo es sofocado, pero su agarre sobre ti se vuelve más fuerte. Con una urgencia que no esperabas, la lengua de Nagi está siendo empujada para encontrar la tuya y se mueve para deslizar sus brazos alrededor de tu cintura, inmovilizándote pecho con pecho contra él.

Inútilmente te aferras a su camisa, gemidos ahogados mientras te besa profundamente, tomando con avidez todo lo que puede. Su cabello níveo te hace cosquillas en la cara y te estás mareando por la falta de aire. Cerrando los ojos, golpeando débilmente su ancho pecho con un puño; hasta que finalmente, finalmente, Nagi también parece haberse quedado sin aliento. Él se aleja, un hilo de saliva se rompe entre ustedes dos. Se ve sonrojado, y estás seguro de que tú también lo estás. Respirando pesadamente, Nagi apoya su frente contra la tuya.

-“No huyas, ángel. No he terminado aún."-

Karasu Tabito

Cuando lo jalaste de la muñeca justo cuando estaba a punto de irse, Karasu te miró con una ligera sorpresa. Su curiosidad alcanza su punto máximo cuando te ve mordiéndote el labio con el ceño fruncido. Con toda honestidad, estás igual de sorprendido cuando te acercaste a él por reflejo, las palabras pidiéndole que permanecieran casi pronunciadas por tu traidora boca. Pero cuando soltaste el puño de su abrigo, fue el turno de Karasu de fruncir el ceño, queriendo que lo llamaras con las palabras que ambos sabían que no querías decir.

Entonces Karasu sonríe, ojos agudos y calculadores. Da un paso hacia ti y toma otro y luego otro; hasta que tu espalda golpea la pared y lo miras con los ojos muy abiertos. Apenas puedes respirar cuando él te aprieta, su presencia te abruma. Karasu se inclina, sus manos a cada lado de ti apenas a una pulgada de ti. Puedes sentir su aliento contra tus labios y cierras los ojos con fuerza, sintiendo la sonrisa familiar contra tus labios; pero no puedes enfadarte, no cuando te está metiendo la lengua en la boca.

Gimoteas contra él, estirando las manos para agarrar su abrigo, ya sea para alejarlo o acercarlo aún más, no lo sabías. Karasu decide por ti cuando prácticamente empuja su cuerpo contra el tuyo, tirando de ti para que te pongas de puntillas incluso mientras encorva la espalda sin querer separarse. Gimes en su boca y Karasu responde con un gemido. Cuando ambos finalmente se separan, jadeando pesadamente, Karasu te empuja hacia su pecho y dice con voz áspera:

-"Mi princesa solo tenía que preguntar, y le daré todo lo que pueda desear".-

Rin Itoshi

Tu mirada boquiabierta, con la boca abierta inútilmente, sorprendida de tu propia audacia para decir "¡No!" cuando Rin menciona que necesita irse. Te parpadea, la sorpresa se convierte en una ligera molestia mientras espera que le expliques o le digas lo que quieres. Tú no hablas y él trata de ser paciente. La forma en que tu mirada revoloteó sin sutileza hacia sus labios ya le dijo todo; pero él quiere oírlo de ti. Quería oírte llamarlo con tu dulce, dulce voz.

Cuando el minuto se extiende y comienzas a encogerte bajo su mirada, Rin chasquea la lengua. Entrando en tu espacio, rápidamente envuelve un brazo alrededor de tus hombros, sin siquiera darte tiempo para pensar en huir. Su otra mano encuentra tu barbilla, levantando tu rostro mientras se inclina para cerrar el espacio entre tus labios. Tus ojos se cierran rápidamente, incapaz de seguir soportando su intensa mirada. Se traga tu gemido de sorpresa, acercándote aún más mientras empuja su lengua en tu boca para dominar el beso.

No puedes respirar, apenas puedes decir lo que está arriba o abajo, la izquierda o la derecha; solo sabiendo aferrarte a Rin mientras gimes cuando su lengua choca contra la tuya. Tus piernas temblorosas te fallan cuando te acerca aún más a él, pero a él no le importa. Soporta tu peso contra él, prácticamente arrastrándote en posición vertical mientras devora todo lo que puedes darle. Pero ambos caen y Rin amortigua la caída con su cuerpo. Su mano ahueca tu rostro y se inclina tan cerca que puedes sentir su aliento.

-"Me pregunto si puedes tomar todo lo que quiero darte".-