Capítulo II: Ese omega es invitado

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En los siguientes días estuvo entrando y saliendo de la conciencia. Volaba de fiebre, murmurando frases inentendibles. Extrañados de su actuar, sus padres decidieron acudir -mediante una carta- con el médico de la familia, la hermana de Rachel; Angelina Durless, conocida en la sociedad como "Madam Red".

La dama de rojo se emocionó al saber que su sobrino ya había entrado en su celo, un signo que ya estaba madurando. Con su experiencia previa de casos anteriores la doctora pudo notar que la reacción tan inusual era provista por el hecho de que Ciel no estaba acostumbrado a nuevos olores, por esa razón, al oler un aroma nuevo tuvo un impacto en él.

- Su cuerpo está intentando acostumbrarse a los nuevos cambios. No se sorprendan si tú actuar es erradicó e inusual. Luego, volverá a la normalidad. Si esto sigue después de una semana vuelvan a comunicarse conmigo - informó la beta con calma a su hermana y su cuñado.

A pesar de eso, el malestar del que era provisto continuó durante días. La tarea de sacarlo de la cama para que tuviera sus comidas matutinas fue lo más difícil; su actuar era diferente, enojado y solitario. Era su hermano mayor el único que salió sin algún rasguño o golpe; por ende, se convirtió en el encargado de llevarle lo necesario para su bienestar. Ambos hermanos también, tuvieron que mudarse temporalmente a su habitación compartida, para evitar que Ciel estuviera en una continua soledad, ya que era un factor importante que los omegas primerizos se mantuvieran unidos a sus seres queridos en sus primeras etapas de calor para sentirse queridos.

Cuando el sol llegó a lo alto en el quinto día de la semana Ciel era plenamente consciente de su alrededor; su mente ya no le era pesaba, ahora podía formular pensamientos con claridad y aunque su cuerpo se encontraba sudoroso, ya no sentía el creciente ardor que lo atormentaba y no lo dejaba respirar. De esta manera, logró despertarse, con su psique clara, se dió cuenta que estaba en su antigua habitación, en su cama, envuelto en sábanas y en vestuarios que no le pertenecían, no obstante, noto por su familiaridad que le pertenecían a su familia, conformando así su nido. No sabía qué hora era ya que las cortinas tapaban el sol o la luna, dejándolo un poco desorientado. Intentó salir de su primer refugio, sin embargo, su cuerpo aún dormido de tantos días de estar en la cama, terminó enredándose en una de las tantas telas que conformaban su nicho con un fatal final... cayó de la cama.

El fuerte sonido de un cuerpo cayendo y por consiguiente sus quejas despertó a Astre, quien estaba dormido en la cama de al lado, este se incorporó de un salto, impulsandose con sus brazos para salir de su cama fue corriendo para ver el estado de ...

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El fuerte sonido de un cuerpo cayendo y por consiguiente sus quejas despertó a Astre, quien estaba dormido en la cama de al lado, este se incorporó de un salto, impulsandose con sus brazos para salir de su cama fue corriendo para ver el estado de su hermano.

-¡Ciel! ¿Estás bien?- cuando llegó Astre desenredo a su hermano y prosiguió a verificar que no se hubiera lastimado verificando si tenía algún golpe. Ciel se dejó hacer, avergonzado, nunca se cayó de la cama incluso de pequeño, era una situación muy humillante. Quedó con la cabeza baja sin mirar a Astre. Cuando todo estuvo en calma y se confirmó que no ocurrió nada grave el gemelo mayor no pudo evitar burlarse de su hermano.

El omega del príncipe 【SomaxCiel】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora