Revisaron a Sebastián pero no encontraron heridas, y el afirmaba no tener ningún dolor. Finalmente Nicolás se despertó, Sebastián le pregunto si este se encontraba bien y el joven afirmó rápidamente, y entonces notó que estaban entrando a un túnel con apenas unas tenues luces en las paredes.
-¿A dónde era que íbamos?-pregunto Nicolás.
-Hacia unos bunkers en donde intentaremos agrupar a las familias-le recordó el soldado, del que Nico no se había percatado.
Nicolás se sentó, y luego de un breve período de tiempo entraron en lo que aparentaba ser una cochera subterránea, y en ésta pararon. Todos se levantaron de sus asientos, se bajaron del camión y formaron filas, como lo ordenó previamente el militar.
—¡Bueno...!—dijo al montón de gente —¿Cómo era?— intentó susurrarle al médico que antes había curado a Nicolás. Este le murmuró algo al oído del capitán (con muy mala cara por cierto).
Todos tenían una expresión en sus caras que decía : ¿este tipo enserio es un soldado?. El oficial continuó:
—¡Bien!... ahora siganme!
El grupo lo siguió y entraron por una angosta puerta de reja, pasaron a un gran cuarto que estaba repleto de personas. En él había: muchas cuchetas (en las cuales la mayoría de las personas estaban sentadas o acostadas); pequeñas mesitas de luz al lado de las camas; parlantes en los que nombraban distintos apellidos a cada rato, unos pocos baños para la cantidad de gente que había (en el que estaba el resto de la multitud haciendo fila), lo que parecía ser una administración; y muchos, muchos guardias vigilando el lugar. Les asignaron un número especifico a cada uno y les ordenaron que encontraran una cama con su misma cifra, y éstos obedecieron. A Nicolás y a Sebastián les dieron números consecutivos ya que éstos lo pidieron (Los números 1787 y 1788).
Luego de unas horas, al fin encontraron su cucheta y de tan cansados que estaban Nicolás subió a la parte de arriba y se echó ni bien terminó de subir. Estaban muy cansados y durmieron profundamente, de modo que todo el ruido que hacía la gente no les molestaba. Pero Nico tenía una particularidad, y era que cada vez que mencionaban su nombre o su apellido mientras dormía se despertaba muy bruscamente como si estuviese listo para matar a alguien. Pasaron unas cuantas horas y de pronto en el parlante se escucha:
— Nicolás Shaco preséntese en la secretaría, será reunido con su familia inmediatamente, repito: Nicolás Shaco preséntese en la secretaría, será reunido con su familia inmediatamente.—dijo una voz de una mujer, y luego prosiguió diciendo lo mismo con otros nombres.
Nicolás, como era de esperar, se despertó bruscamente cayéndose de la cama, levantó a Sebastian rápida y seriamente, y luego fueron corriendo al lugar donde los citaban .
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Peligrosa Infección
Ciencia FicciónUn adolescente de 12 años llamado Nicolás, llega a su casa cuando su madre lo abraza con fuerzas mientras llora, al parecer el tío y el abuelo de Nicolás están muertos debido a una "Infeccion" y toda la zona ha sido evacuada.