Confesión, pt2.

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Ari sin decir más salió de la casa yendo directo al auto, yo miré a Ama unos segundos antes de voltear y subir directo a la habitación, busqué una maleta y saqué mis cosas lo más rápido que pude. De mi set-up me encargaría luego, después de todo podía hacer streams desde la casa de Ari con total normalidad. 

-Perdón. -susurró Ama desde el marco de la puerta, acercándose a mi en cuanto me vio levantar la mirada hacia ella. - Por favor... quédate, te lo suplico. -de un momento a otro sentí sus manos en mi rostro, la observé unos segundos, tenía el maquillaje ligeramente corrido a causa de sus lágrimas. 

-No te hagas eso. -respondí llevando una de mis manos a su rostro para limpiarlo.- Ama, te amo, pero no... no como pareja. -expliqué dejando pequeñas caricias en su rostro, quería ser lo más suave con ella. 

-¿Que hice mal? 

-Nada, la que falló fui yo.

-¿No fui suficiente para ti? 

Aquello hizo que una presión extraña se instalase en mi pecho.

-No es eso. Te juro que no fue ni es eso. -quité mi mano de su rostro, alejándome un poco de ella.- No pude evitar enamorarme, de verdad lo siento mucho.

-Entones... confirmo que tu misterioso alguien me robó. -"bromeó" antes de sollozar, de inmediato la rodee con mis brazos, dejando que se desahogue en mi pecho. 

-Lo siento, de verdad lo siento. Solo... solo te pido que no la culpes de esto, es tu hermana y te ama, por favor no la odies por mi culpa.

-No la odio, solo... me siento traicionada. -su voz salió ahogada, cosa que me hizo cerrar con fuerza los ojos.

Todo con Ama había sido perfecto esos cinco años. Tan perfecto que después de todo llegó lo monótono. Tan perfecto que busqué dejar la monotonía en brazos de alguien más.

Ella se separó de mi tras unos minutos, se sentó en la cama y respiró hondo varias veces para tratar de calmarse.

-Llama a Ari, quiero que me cuenten como pasó todo. Quiero... quiero entenderlas. Las veo en la sala. -pidió mirándome a los ojos, a lo cual asentí antes de besar su frente rápidamente y salir de la habitación. 

Bajé las escaleras y salí de la casa en dirección al auto, donde se encontraba mi prometida sentada, cabizbaja y seguramente jugando con sus dedos. No confirmaba lo último, después de todo no podía verla a través de la puerta del vehículo. 

Toqué la ventana con cuidado a no asustarla, ella levantó la mirada hacia mi y abrió la puerta, bajando y abrazándome de inmediato. 

-Mi amor... Ama quiere que le contemos. -susurré pasando mis brazos alrededor de su cintura, dejando un pequeño beso en su mejilla. 

-No entiendo. 

-Quiere que le contemos como pasaron las cosas, dice que quiere entendernos. -expliqué separándome un poco de ella, subiendo mi mano para acariciar su rostro con delicadeza, rozando mi nariz con la suya antes de conectar nuestros labios en un beso tierno.

-Está bien, vamos. -asintió antes de depositar un último beso en mis labios antes de separarse de mi y tomar mi mano. 

Aseguramos el auto y entramos nuevamente a la casa, fuimos directo al sofá y nos sentamos frente a Ama, tal y como estábamos antes. 

-¿Y bien? -dijo Ama mirándonos a ambas, deteniéndose unos segundos en nuestras manos entrelazadas. 

Asentí dejando una pequeña caricia en la mano de Ari. Sería yo quien hable, sabía que ella no quería hacerlo.

-Pues... comenzó en un chupi stream que tuvimos con Valdo, Filis, Tú, Ari y yo. -empecé suspirando en voz baja.- El que hicimos en casa de Ari, ¿recuerdas? -Ama asintió.- Estaba ebria, quería agua para intentar bajar un poco la resaca del siguiente día, todos se quedaron dormidos en el sofá de Abi. Incluida tú.

Una sonrisa triste y ladina se formó en mis labios al recordar aquel día.

-Y bueno, Ari era la única que estaba despierta, ella un tanto más ebria que yo, quiso ayudarme con el agua, mientras ella bebía agua se le derramó en la camiseta y yo... no me justifico, para nada, pero no era consciente de mis acciones, mucho menos ella. 

Sentí la mano de Ari apretar la mía ligeramente, seguido de eso sentí su mano libre jugar con mis dedos. 

-Ese... esa noche fue la primera y según nosotras última vez. Me sentía mal, jodidamente mal. Fue por estas fechas, cerca de nuestro aniversario.

-Te sentías tan culpable que fuiste la mejor novia del mundo por una semana. -agregó Ama, pude reconocer algo de vergüenza en su voz. No dije nada al respecto, ella tenía razón.

-No pasó más hasta seis mesas después, tú habías salido con tus amigas y pues... Me sentía mal, necesitaba de alguien, no quería interrumpirte así que llamé a Ari, después de todo era... es mi mejor amiga. Ella vino por mi, paseamos por las afueras de la ciudad un rato hasta que nos encontramos un lugar  muy lindo, nos sentamos ahí y platicamos hasta llegar al tema de aquella noche. -hice una pausa al sentir a Ari apretar mi mano nuevamente, esta vez dejando de jugar con los dedos de mi mano. Ella quería hablar. 

-Yo... le pedí perdón, en parte fue mi culpa también. Después de ese día no podía dejar de pensar en ella, traté de ¿olvidarla? quizá, después de todo era la novia de mi hermana. -estaba algo avergonzada. Solté su mano y rodeé su cintura con delicadeza. No quería ser muy cariñosa con ella frente a mi hermana, sin embargo sabía que mi Abi lo necesitaba.- Le dije que me había enamorado de ella, ella me dijo que estaba confundida y la besé. -fue el mejor beso del mundo.- Seguimos hablando, cada domingo salíamos después de los entrenamientos con excusas como ir a centros comerciales o trabajo. Después de un tiempo ella admitió estar enamorada de mi, solo... no pudimos evitarlo, no te niego que no me sentía mal, pero puta madre, estando con ella era feliz, soy feliz. -finalizó Ari mirándome, yo le devolví la mirada y traté de transmitirle un "Te amo" con la mirada. Después de todo ella me entendía aún sin hablarle, al igual que yo la entendía del mismo modo. 

-Entiendo. -dijo Ama mirándonos, esbozando una sonrisa triste.- Yo... te amo, y quiero que seas feliz, incluso si no es conmigo. Ari, tú misma lo dijiste, Samy no estaría con alguien que no la ame con la misma intensidad en la que ella ama. -hizo una pausa, respirando hondo antes de seguir hablando.- Pueden... ¿Pueden irse? Necesito estar sola un rato. 

Asentimos de inmediato y nos levantamos del sofá, Ari se acercó a su hermana y la abrazó, Ama le retribuyó el abrazo y yo lo único que hice fue quedarme parada. 

Mi prometida y yo salimos de la casa tras un rato, conduje yo, pues Ari no estaba en las condiciones de hacerlo, al llegar a casa fuimos directo a nuestra habitación, donde ella se puso una camiseta mía y se acostó, luego la seguí yo poniéndome una camiseta suya, abrazándola al instante, permitiéndole descansar en mi pecho.

No pude dejar de pensar en Ama el resto del día y toda la noche.

Tu misterioso alguien. (Rivari/Rivama)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora