Quedaban 2 días para que en el instituto de Claudia diesen las vacaciones definitivas de verano, ella estaba emocionada y nerviosa a la vez, tenía todas las materias aprobadas con seguridad excepto matemáticas, aquel profesor era tan extraño y a la vez tan imprevisible que nunca podías saber con exactitud cuales eran sus intenciones.
Ese profesor era odiado por gran mayoría de sus alumnos, ella era una excepción, algo bastante habitual, solía congeniar a la perfección con los profesores más temidos por los demás, su nombre era Juan, un hombre bastante campechano y estricto con sus alumnos, llamaba la atención a aquellos compañeros que por desgracia, tiraron el curso por la borda, físicamente, era de estatura baja, con canas y rasgos típicos por su ya avanzada edad y algo subido de peso, motivo de burla para sus alumnos. Claudia le ha cogido bastante cariño a ese profesor, no sabe el motivo, pero su físico y su carácter le resultan familiares, es muy cariñosa y suele cogerle cariño a gran parte de los profesores, pero su cariño hacia él era distinto y especial.Claudia está sentada en su habitación, pegada al ordenador sin prestar atención a las imágenes que aparecen en este ya que está pensando en las mil y una cosas que le pueden haber pasado a su gata ya que lleva dos días sin aparecer y es algo muy poco habitual en ella, hacía su vida en el jardín de su casa, alguna vez salía de él para dar alguna vuelta por la pequeña urbanización a la que pertenecía Claudia pero siempre volvía. Claudia tenía miedo, quería a Luna con su vida y daría lo que fuese por tenerla en esos momentos con ella, intentaba retener las lágrimas que intentaban asomar debido a las suposiciones de la chica, pensaba en una posible ida para siempre, pero apretó sus ojos, tomó aire y pensó que ella volvería. Llevaba poco más de un año con ella pero a pesar de ello se había vuelto imprescindible en su vida, la conexión que hubo entre ellas desde el primer día era jodidamente preciosa.
Empezó a escuchar canciones en youtube de su grupo favorito "5 seconds of summer" no sabía porque pero esos cuatro chicos siempre tenían las palabras perfectas que conseguían animarla. Al cabo de unos veinte minutos la chica disponía ya de una amplia sonrisa en su rostro, siempre había sido una chica muy feliz a pesar de los insultos que había recibido desde pequeña y los malos tratos que ese mismo año recibió por uno de los compañeros de su clase, ese era otro de sus motivos por el cual quería que el instituto acabase ya.
Miró el reloj, todavía eran las 18:53, ese día había transcurrido muy despacio y al no tener que hacer ninguna tarea del instituto ni poder quedar con nadie todavía se le pasaba más lento. Al poco rato apareció su padre, su rostro estaba apagado, ella presentía que le traía una mala noticia y desgraciadamente, acertó:
- Cariño, tengo que decirte algo-dijo con voz triste su padre.
- ¿Papá? ¿Qué pasa?-dijo ella con la voz temblorosa.
- ¿Puedo entrar?- preguntó delicadamente su padre.
- Claro, entra pa, dime ¿qué sucede?- intentó mantenerse calmada.
- Verás... esto es muy difícil de decir, tu hermano ha sido quien se ha dado cuenta y estoy seguro de que a pesar de estar tu madre y tu hermano destrozados allá abajo tu serás la que peor lo va a pasar, pero eres fuerte pequeña, sé que lo eres.
- Papá, venga, dímelo de una vez, no hagas esto más difícil, suéltalo ya- dijo ya algo alterada por la larga espera de la noticia.
- Verás cariño, Luna esta aquí- dijo con voz triste y a punto de llorar.
- ¿Sí? ¿Ha vuelto? Lo sabía, sabía que volvería, joder, soy feliz, gracias papá.
Dejó a su padre en la habitación y bajó las escaleras corriendo para abrazar y ver a Luna.
-¡Espera!- gritó su padre desde la habitación .
- ¿Qué es lo que pasa ahora? ¿Tampoco voy a poder abrazarla?- le contestó con un tono elevado.
- No, no puedes y lo siento pequeña.
- ¿Cómo que no puedo? ¿Esta es otra de mis tantas prohibiciones o qué?- la chica mostraba un tono de cierto enfado.
- Claudia, sube, por favor, es mejor que lo hablemos de cerca, no me apetece gritar ahora mismo para que puedas oirme bien.
Claudia subió las escaleras como le ordenó su padre.
- ¿Y bien? ¿Vas a explicarme todo de una vez?
- Cariño, Luna ha muerto, un coche le dió un golpe la noche anterior mientras cruzó la carretera y al ver que no se encontraba bien decidió volver a casa, ya sabes, aquí estaba segura.
- ¿Qué? No, joder, esto no puede ser, joder papá, es por mi culpa ¿verdad?-la chica se echó a llorar desconsoladamente.
- Por favor, no llores cielo. Espera... ¿tu culpa? ¿estás oyendo la estupidez que acabas de decir?-dijo el padre tratando de animarla.
- ¿Cómo pretendes que no llore sabiendo esto? Joder, papá tu intacto a veces es impresionante. Y sí es mi culpa, si esa noche me la hubiese pasado con ella y hubiese dormido en el jardín como lo hice alguna vez no hubiese salido a la carretera, es mi jodida culpa, papá, soy una asesina- conforme transcurría el tiempo la fuerza de su llanto aumentaba dejando casi inaudibles sus palabras.
- Gracias hombre, necesitaba esas palabras de mi hija y más en esta situación- dijo el hombre sarcasticamente- Y Claudia, no eres una asesina, lo que estás diciendo es una tontería.
- No es ninguna tontería, Luna ya no está joder ¿qué le ves a eso de tontería?- a la chica le empezó a dar un ataque de ansiedad.
-¿Claudia? ¿Claudia? Joder, pequeña ¿que te pasa?
Los gritos del padre alarmaron a su hermano y a su madre que subieron arriba rápidamente al oirle.
- ¿Se puede saber que es lo que pasa?-dijo el hermano mayor con los ojos hinchados, provocado por el llanto
- Papá, me mareo, no puedo...
ESTÁS LEYENDO
Días de verano
Teen FictionConflictos amorosos, llegada de nuevas personas a su vida, idas de la misma, bajones, subidas, despedidas, bienvenidas. ¡Es increíble todo lo que puede pasar en 3 meses!