LUCHA

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Una soga en el cuello
que respirar me impide,
que hablar no me permite,
que deglutir mi saliva me prohíbe.

Su presión
cada vez es mayor,
un nudo en el estómago,
un nudo en la garganta.
Los ojos cierro
y lloro por dentro.

La marca en mi pescuezo quedará,
todos cuenta se darán
de que me matas por dentro
y me castigas por existir.

Pensarán que son 
puras estupideces 
de mi mente;
pensarán que
solo quiero llamar la atención,
que no necesito ayuda,
que soy solo un estorbo,
que soy solo una inútil.

La soga me quito,
soy cobarde para morir,
pero deseo exhalar.
Respiro profundamente,
miro a mi alrededor
y veo que nadie me ha visto.

Sigo sola en este infierno,
nunca nadie lo contará.
Solo lo podré contar yo,
menos mal,
el secreto conmigo a salvo está.

Para los días siguientes,
intento estar bien,
aunque nunca lo estuve;
intento ser normal,
aunque nunca lo fui;
sigo estando igual de mal
o aún peor, no sé cómo estoy.

Siento que quiero llorar
todos los días,
siento que quiero irme 
de esta vida,
siento que me disfrazo 
de alguien que no conozco,
siento que nunca pude volver 
a ser la yo de antes.

Yo, contra mi propia mente;
yo y mi continua lucha.
“-¿Por qué sobrevivo
si la apatía me persigue?”

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