El Secreto De Michelle

3. Movimiento arriesgado.

La conversación entre Dale y Allyson fue más fluida de lo que se esperaba, dejando su avergonzado momento con Lauren.

Ambos conversaban entretenidos, recibiendo respuestas simples de Lauren o solo pequeñas risas.

No tan lejos, Lauren se dio cuenta de una mujer castaña observandola.
Sonreía, sin apartar la mirada, incluso se podría decir, que los ojos le brillaban de tan solo ver a Lauren.
Por parte de Lauren, sentía un aire familiar en ella.
La castaña la veía con intensidad, encantada con ella.
Después de tanto tiempo, Lauren sentía algo que no había sentido en un tiempo largo.
Ni una apartó la mirada de la otra, embobada cada una. Ni siquiera escucho lo que Allyson le decía.

Pero el momento entre ellas, fue interrumpido.
Un chico se paró a lado de la castaña, besando su mejilla.
La castaña se tenso, apartando la mirada y dirigiendo ahora su atención al chico canadiense que llego con ella.

Lauren bajo la mirada, directo a la mesa.
Aunque la castaña la volteo a ver queriendo volver a encantar su mirada, la ojiverde mantuvo la mirada en la mesa, sin querer voltear a ver de nuevo.

— 5...4... 3...2...1... ¡¡¡Feliz Año Nuevo!!!

Lauren camino por el pasillo, ateniendo una llamada de su celular.

— ¿Hola?... — volvía a sonreír al escuchar la voz de quién la había llamado — Gracias cariño... No tienes que cantar — dijo al escuchar que le cantaba una canción de feliz cumpleaños — No cantes, por favor. E tenido suficientes cumpleaños — dijo a su hija — ¿Dónde estás?... ¿No saliste?.

Se paró frente a una gran ventana, mirando la cuidad desde donde estaba.

— Bueno, no te culpó... ¿Vamos a vernos mañana?... Perfecto. Ya duérmete ¿Si? Te quiero... Descansa.

Apartó de celular de ella, colgando la llamada.

Cruzo sus brazos, mirando por los fuegos artificiales en silencio.
Estar a solas y pensando, la hizo sentiste más relajada.

— Dondequiera que esté, ojalá tenga una buena escusa.

Pego un pequeño brinco del susto.

— Disculpa, no quise asustarte — dijo un hombre pelinegro.

Lauren no respondió, manteniendo distancia con el hombre.

— ¿No hay una tradición que si estás sola en Año Nuevo debes besar a un extraño?.

Forzó una risa, esquivando la mirada. No pretendía ser grosera, solo había interrumpido su momento a solas.

— Demonios, ya te lo habían dicho.

— Solo una vez. El joven Crosby...

El hombre junto las cejas, en señal de confusión.

— Se parecía — hablo rápido Lauren — Feliz Año Nuevo.

Con ello, paso de largo dejando al hombre solo.
Entro de nuevo al salón, pasando entre la gente que celebraba entre abrazos, besos, bebidas, risas y gritos, acercándose al oído de Allyson.

— Estoy muy vieja para esto — dijo.

— No desaparezcas todavía — pidió tocando el piano.

— Te llamo mañana y me cuentas de que me perdí — beso su frente.

— Adiós, cariño — se despidió Allyson.

Nuevamente, salió del salón para poder retirarse de una vez, del Hotel.
Se paró frente al elevador, oprimió en botón, el cuál no tardó en abrir sus puertas.
Una vez adentro, volvió a oprimir un botón. Miró su bolsa esperando a que cerrarán las puertas.