Hey, soul sister🌹 |•| Sproier |•| Tinyverse Au *Finalizada*

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(Puede que esto sea un tema sensible, aunque es muy leve, aún así, si alguna persona se siente incómoda o sensible tal vez no debería de leer este capítulo)

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Observó el cartel de luces neón de aquella cafetería, situada en una de las pocas calles menos transitadas de la ciudad

Había hablado con su madre luego de haber discutido con su hermano ,y habían quedado en hablar por la mañana, no iba a mentir que se había ido a la cama con miles de nervios, realmente no sabía cómo podía salir aquella charla

No había visto a su madre en unos cuatro años, ni siquiera habían charlado por mensaje.. pero no porque él quisiera

—Roier..—

Escuchó su nombre detrás de la línea telefónica, contestó con un simple "hmm" en manera de afirmación y volvió a la realidad

—¿Estás bien?, ¿Querés que vaya con vos?—

Preguntó Spreen

—No.. No te preocupes.. sí, estoy bien.. solo que un poco nervioso—

Contestó soltando un suspiro, tratando de calmar a su agitado corazón

—Tranquilo Roier.., sos fuerte, vas a ver qué todo va a salir bien, respira y trata de calmarte—

Sonrió ante las palabras de su novio, que tierno se le hacía oírlo mientras le daba ánimos

—De acuerdo.. Gracias Spreen—

—De nada... Sabes que cualquier cosa me llamas y voy—

Asintió para seguido ambos despedirse

Volvió a soltar un suspiro preparándose mentalmente, finalmente dio un paso al frente, sin vuelta atrás, y entró en aquel lugar, observando que estaba medianamente vacío. Observó a la mujer en una esquina, y supuso rápidamente que era su madre, así que se acercó, y cuando lo hizo, la mujer se levantó de su lugar, mirando al joven directamente a los ojos

—Mamá...—

La mujer sonrió

—Roier.. mi niño—

Sintió unos brazos rodearlo con fuerza, como si tuviera miedo de volver a perderlo. Quedó inmóvil, realmente no sabía cómo reaccionar, aunque tampoco iba a mentir que sentía esas inmensas ganas de dejar salir las lágrimas que poco a poco se iban acumulando en sus ojos

La mujer se separó de él, llevando una de sus manos a su mejilla y acariciarlo tiernamente

—Mirate.. estás tan grande—

Dijo mientras seguía con esa sonrisa

—Y tú... Tú no has cambiado mucho.. sigues igual de bonita que cuando era niño—

Ambos se separaron del abrazo para ahora sentarse en la mesa, luego de quedarse unos segundos en silencio, la mujer dejó salir un suspiro, bajando la mirada hacia sus manos y jugar con sus dedos

—Roier, Hijo.. sé que tal vez tengas muchas preguntas, como por ejemplo el porque estoy aquí después de.. todo— comenzó a hablar— voy a contarte todo lo que quieras saber mijo..si?—

El castaño asintió en respuesta

—mamá.. antes de nada, déjame decirte que yo no estoy enfadado contigo.. solo quiero saber porqué odias a mi hermano, o que pasó entre ustedes—

—Yo no odio a tu hermano hijo, jamás me permitiría odiar a uno de mis hijos—

se apresuró a hablar la mujer