Entonces papá Namjoon era papá Kim, propietario, no simplemente uno de los ejecutivos de la empresa. Wow. Y para ir un poco más lejos en la categoría de Oh-Dios-Mío, Namjoon era claramente gay, a pesar que los seis años de edad de su hijo evidenciaran lo contrario. Seokjin optó por creer en la evidencia del baile y en el beso como verdaderos indicadores de las preferencias de Namjoon. Maldición, el hombre sabía besar, además de ser tan hermoso como para caer muerto, padre amoroso, increíblemente rico y la mejor parte, interesado en él. En Él. Kim Seokjin. Tal vez la Navidad estaba llegando más pronto esté año.
Seokjin montó el ascensor hasta las oficinas. Para cuando las puertas se abrieron, escuchó un agudo grito seguido de un:
—¡Papá, detente!
Por un instante, Seokjin se quedó inmóvil, sin saber qué hacer. ¿Soobin estaba en problemas? Ese grito que hiela la sangre implicaba eso, pero seguramente... ah, risas. Seokjin suspiró de nuevo al oír la risa del pequeño niño, seguido de un gruñido de Namjoon.
La puerta de la oficina de a lado del ascensor se abrió y Soobin se asomó, riendo.
—Te dije que oí el ascensor papá. Es Santa... creo. ¿Dónde está tu traje rojo Santa? — Los ojos de Soobin brillaban mientras corría hacia Seokjin.
Seokjin se agachó para alcanzar y levantar a Soobin. Mientras lo hacía, Namjoon apareció en la puerta, mirando su reloj.
—Vine temprano. Lo siento. Puedo volver luego. Sólo estaba...
Seokjin se detuvo, sin querer admitir que estaba ansioso de mirar de nuevo esos ojos y descubrir si la noche anterior había sido o no un sueño.
—No, eso está bien. Sólo íbamos a pedir un almuerzo tardío. ¿Quieres unirte a nosotros? — Namjoon ofreció. Dando un paso atrás, invitó a Seokjin a entrar.
—Sí, come con nosotros Santa —dijo Soobin, con los brazos alrededor del cuello de Seokjin. Luego, viéndose serio, susurró —Sé que no eres realmente Santa, pero no sé tu nombre real.
Seokjin se detuvo junto a la puerta, bajó a Soobin y se inclinó para ofrecerle su mano. —Hola Soobin, soy Kim Seokjin. Encantado de conocerte.
Soobin volvió a reír y sacudió la mano. —Hola Seokjin. ¿Qué es lo que quieres para almorzar?
—Lo que ustedes tengan estará bien.
Namjoon se rio entre dientes. —Es posible que desees volver a pensar eso. Soobin ha ordenado un perro caliente y macarrones con queso.
—Me parece bien. Supera el ramen que tuve para el desayuno — Seokjin siguió a Soobin al gran sofá y se sentó junto a él.
—Hmm — Namjoon consideró. —Creo que podemos hacer algo mejor. ¿Qué tal lo que yo tengo? ¿Ensalada de pollo y fruta?