Jueves

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• Celos •

El cenizo veía con el ceño fruncido y un aura asesina a el peliverde, quien estaba demasiado cerca de su Shoto, sus feromonas literalmente gritaban que iba a matarlo, y este lo notaba, pero el bicolor no parecía ni darse cuenta de los nervios de el peliverde ni de las feromonas asesinas de el cenizo.

El alpha peliverde se levantó de la silla que estaba al lado de el bicolor de repente, llamando la atención de ambos, oh, porque estaban en la oficina de Shoto y ellos dos estaban sentados en el escritorio haciendo algunas cosas de trabajo y Katsuki estaba en el sofá de la oficina, queriendo matar a el peliverde.

— S..Sho, creo que terminaré el resto yo, de igual forma no falta mucho. —

— Oh.. está bien Izu, más tarde iré a verificar que todo esté bien. —

El peliverde lo miro con su típica sonrisa para después despedirse de ambos y salir de la oficina, dejando solos a alpha y Omega.

— Shoto, ven. —

El bicolor lo miro por unos segundos para después asentir, no le molestaba el carácter de el cenizo en lo absoluto, al contrario, le gustaba.

Al estar frente a el alpha, quien se encontraba cómodamente sentado este le indico que se sentará en su regazo. El bicolor lo miro con un pequeño sonrojo para después sentarse en el regazo de el alpha, apenas lo hizo las feromonas protectoras de este lo rodearon, o mejor dicho lo marcaron, mientras los fuertes brazos rodeaban su cintura, apegabdolo a el pecho de el alpha.

Se acurrucó más contra los brazos de el alpha y comenzó a ronronear levemente.

Un pequeño sonrojo se instaló en las mejillas de el cenizo al escuchar los lindos ronroneos de el contrario.

— Ah, Kats.. —

Soltó un pequeño jadeo de sorpresa al sentir los repentinos besos en su cuello, pero obviamente no apartó a el cenizo, al contrario colocó sus manos sobre las de el alpha, las cuáles se encontraban en su abdomen por el abrazo en su cintura, acariciando estás suavemente mientras movía un poco su cuello para darle más libertad, comenzando nuevamente a ronronear.

Ninguno de los dos se separó en varias horas, estaban tan cómodos entre los brazos de el otro, entre sus mimos y caricias y entre las feromonas de el otro que el día se la pasaron en disfrutar de la compañía ajena.

¿Por qué aún no son novios?

• Una semana • [Bakutodo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora