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Kazuha recordaba que iba a los pastizales con su abuela, si bien vivían en una isla costera de Japón,los lugares dónde tenían que ir a cortar cebollines estaba en un pequeño cerro que debían subir cada mañana y regresaban antes de que el sol cayera para que las estrellas salieran al cielo nocturno.
"Rápido,Kazhu...Ya debemos irnos" anunciaba su abuela con voz preocupada cada que el día se iba entre platicas y comiendo fresas.
Rápidamente la mayor comenzaba a guardar todo en sus canastas y tomaba las pequeñas bolsas con basura para bajar a pasos apresurados aquel cerro rodeado de verde pasto.
La bajada siempre era más fácil que la subida y la pequeña Kazhua no entendía porque su abuelita se veía tan preocupada.
"Ya no puedo abuelita" se quejaba la niña llegando a la mitad de aquella pequeña montaña y la mayor tomaba las canastas que llevaba su nieta.
"Ya falta poco. Hay que jugar quien llegue primero gana" hablaba su abuela observando el cielo que comenzaba a oscurecer.
"¡Yo te ganaré,omma!" hablaba feliz la niña de cabellos castaño mientras comenzaba a correr cerro abajo y por fin,podía caminar más rápido la mayor.
Su nieta se alegraba al haber llegado primero y su abuela se sentía tranquila de por fin haber bajado ese lugar.
"Me ganaste" acariciaba la cabeza de su pequeña mientras comenzaban a caminar por la calle que estaba iluminada por las farolas.
El anciano que vendía pan dulce en la esquina veía sonriente a su abuela y Kazuha podía jurar que estaba enamorado de la anciana.
"Señora Nakamura,¿andaba en el cerro?" preguntaba preocupado aquel hombre canoso y la nombrada asentía.
"Se nos hizo tarde" contestaba su abuela mientras entregaba dos montos de cebollines y el hombre le entregaba algunos billetes.
"Debe tener cuidado...Es tiempo de brujas" hablaba mientras miraba a Kazuha quien sentía un escalofrío al escuchar eso.
"Ninguna bruja se llevará a mi Kazuha" sonreía su abuelita poniendo a la nombrada a su lado y la japonesa se sentía segura estando cerca de su abuelita.
"Cuídense y cierren bien todo" era lo último que escuchaba la menor para comenzar a caminar a casa junto a su abuela Nakamura para comer una rica sopa y poder dormir en espera de que un nuevo día comenzara.
Los años habían pasado y Kazuha se había convertido en una joven con diferentes cualidades.
Aún acompañaba a su anciana abuela que seguía tan fuerte como siempre.
No era una mentira que la ahora pelinegra era muy atractiva.
Su abuela decía que era exactamente guapa como su difunto abuelo.
Los fines de semana iba ella misma a recolectar los cebollines,era lo mismo que cuando era pequeña.
Se iba temprano para disfrutar de la mañana bajo un árbol frondoso que daba buena sombra y comía los bocadillos que le daba la abuelita Nakamura.
Claro que el cerro era curioso rodeado de una maleza y una pequeña bajada que daba algún bosque o ruinas que generaba ganas de explorar pero su abuela nunca la dejaba ni dejó hacerlo.
Justo cuando podía ver en su celular la hora que ya casi debía bajar y comenzaba a recolectar los mejores cebollines en su canasta.
El señor panadero había fallecido hacia unos años de forma inexplicable pero ella creía que era por la edad que tenía.
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One shots
FanfictionOne Shots. Diferentes situaciones y algunas historias cortas con idols femeninas. |•Actualizaciones lentas•| Girl idol x Femalereader