Abro los ojos con pesadez y parpadeo al recibir de lleno los rayos de sol en la cara.
No me da tiempo de colocarme a observar con detenimiento mi alrededor porque siento un mareo.
—¿Pero qué...? —Me toco el costado de mi ceja izquierda, lugar en el que siento una horrible puntada, y me percato de que tengo una extraña textura en mi piel, un poquito sobresaliente. Con un simple toque me da un cosquilleo desagradable.
No me doy cuenta que estoy acompañada hasta que escucho un grito a mis espaldas.
—¡Está despierta! —Informa Bosco, saliendo corriendo a... No sé a dónde se ha ido, ¿vale?
Yo trato de girarme para verlo, pero mi mareo me lo impide. Y venga, que este delgaducho se coloque a gritar tampoco ayuda mucho.
Apenas soy consciente de que estoy sentada en una cama de playa en el porche de una casa a la cual no sé cómo llegué.
Comienzo a mirar el paisaje que tengo delante y me lamento internamente por no tener mi block de dibujo conmigo. Es fascinante. Prados de colinas verdes se extienden a lo largo, una extensa arboleada y un imponente pino se levanta en la cima de la colina más alta. Realmente es todo muy... Ay, no, espera, ¿son esas linderas de un sembradío de fresas? Ni modo, no todo podía ser perfecto.
Me incorporo lentamente para evitar otro mareo y escucho como si un sonajero de pezuñas se estuviese acercando. Un momento, ¿pezuñas?
—¿Te encuentras mejor? —La voz de Bosco interrumpe mi línea de pensamientos.
Veo de manera distraída que trae encima una camiseta naranjada, a su lado una chica rubia tiene la misma camiseta. Con dificultad logro leer CAMPAMENTO MESTIZO.
—Estaría mejor si me explicas lo qué sucede, gracias —Digo con sarcasmo y vuelvo a sentir una puntada en la frente—. Alguien alcánceme un espejo, necesito ver que tengo junto a mi ceja.
La rubia y Bosco intercambia una mirada de "anda, díselo tú". Eso hace que pierda los nervios, definitivamente.
—¿Recuerdas como llegaste aquí? —Pregunta la rubia, dando un paso y agachándose para quedar a mi altura.
Hago memoria de la manera en la que llegué aquí y no estoy segura de si eso fue real o fue uno de los tantos sueños raros que tuve mientras dormía.
—Si te refieres a la huida en taxi, ya que un hombre de tres metros con un ojo nos estaba persiguiendo con cara de querer comernos vivos... Pues sí, creo que sí recuerdo vagamente lo que sucedió —Digo todo de manera rápida y bajo la mirada de manera distraída hasta ver las patas y pezuñas de cabra de mi amigo.
Pezuñas...
Ay mamacita.
Me froto los ojos y enfoco la mirada.
—Tienes un muy interesante pantalón... —Digo tratando de salir de mi incomodidad al ver algo tan incongruente como un chico con patas de cabra.
—No le has dicho —La rubia suelta un suspiro y mira con desaprobación a Bosco.
—Agradécele a Clarisse que echó a perder la bienvenida tranquila —Devuelve el castaño con obviedad.
La rubia lo ignora categóricamente y fija sus ojos en mí. Me tenso un poco al verlos. Grises como nubes de tormenta, parecen analizar todo con detenimiento.
—En estas ocasiones en mejor que esté Quirón, pero tendrás que conformarte conmigo —La rubia me mira de pies a cabeza—. Soy Annabeth.
La rubia...eh, Annabeth, se incorpora y me extiende la mano.
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Las Lágrimas del Sol
FanfictionZorely tiene que afrontarse a su nueva realidad y aceptar que es una semidiosa. Tras llegar al Campamento Mestizo y descubrir que es hija de una divinidad griega, tiene que adaptarse de manera rápida a todos los cambios, incluidos el inicio de una g...