Apoyo Intrafamiliar ch 2

53 3 0
                                    


      CAPÍTULO DOS: NO ES ALGO DE LA NOCHE A LA MAÑANA

Lo sucedido ese día con la fuerte discusión que la Familia Loud tuvo causó graves repercusiones, mucho peores de las que normalmente tendrían luego de sus disputas cotidianas.

Desde hace cierto tiempo las hermanas de Lincoln habían desarrollado fuertes roces entre sí, hartándose de tener que seguir conviviendo día a día aún cuando ya eran adultas y con carreras propias y con descendientes a los que se supone deben darles el ejemplo para que al crecer fuesen personas de bien y no cometan los mismos errores que han cometido (Y vaya que son varios)

Cosa que se hacía cada vez más difícil con el pasar del tiempo, porque la nueva Generación Loud al crecer sus propios desacuerdos también crecían a tales extremos que más que hermanos o primos, se trataban como una jauría de hienas que se comerán entre sí a la más mínima oportunidad, dejando la pésima impresión de que podrían volverse incluso más disfuncionales de lo que ellas fueron en su juventud.

Por lo que algunas decidieron tomar medidas extremas para evitar eso.

-Ya, Loan. Literalmente estoy cansada de repetirte que esto es por tu bienestar- regañó una molesta Lori a su hija que lloraba a cantaros mientras la sujetaba de una muñeca.

-Pero-pero-pero...- la mayor de los Sin Kids no podía hablar bien por los sollozos -¡PERO NO QUIERO SEPARARME DE MI PAPI Y HERMANOS!- al soltarse de un jalón, corrió hasta Lincoln abrazándolo con todas sus fuerzas descargando en su pecho sus lágrimas.

La más grande de Madres las Loud decidió llevársela a un lugar en dónde pueda vivir tranquila y lejos del caos demencial al que siempre es expuesta y que no le hace ningún bien a sus nervios y mentalidad frágil que siempre parece estar colgada de un hilo. Hace que uno se pregunte como ha podido mantener la cordura hasta ahora sin perder la cabeza (Tanto figurativo como literal)

-No te angusties, mi princesa. Esto no es el fin del mundo- el hombre de la casa trató de calmarla acariciando su abundante y desarreglado cabello rubio -pero debes hacerle caso a lo que tu madre te dice. Vivir en Great Lakes City cerca de tu Tía Lily y del Tío Carlitos y tus primitos te hará mucho bien y ahí podrás seguir desenvolviendo tus grandes dotes como informática, ¿No es lo que más deseas? ¿Ser la más grande técnica informática que haya existido?

Aunque también le dolía bastante separarse así de la primera de sus hijas y la mayor de sus hermanas, sabía que Lori tenía razón y que esto era lo mejor para alguien tan emocionalmente delicada como lo es ella y no quería seguir exponiéndola a todos los percances que vive a diario.

-Además, no es como si jamás nos volviéramos a ver. Recuerda que tu madre prometió que nos vendrían a visitar todos los fines de semana, ¿Verdad, Lori?

Miró acusadoramente a la rubia mayor, porque sabía muy bien que lo que menos desea es dejar que su prole vuelva a interactuar con, qué según sus palabras, son pésimas influencias que la han vuelto la chica que ahora es.

-Arg... sí, así es. Siempre los podrás ver de nuevo todos los Sábados y Domingos. Te lo prometo, hija- afirmó después de soltar un para nada disimulado gemido de fastidio.

De una en una, se despidió de sus tías y hermanos-primos, que en su mayoría también estaban deprimidos por su partida, porque con desacuerdos y deslices, seguían siendo familia.

-¡NO QUIERO QUE TE VAYAS, LOAN!- Lizy, siendo la nenita que es, se aferraba a ella negándose a dejarla ir; Leia trató de aparentar fortaleza aún cuando también soltaba lágrimas.

Liena también le dio un fuerte abrazo y le deseo suerte al hacer sus señas de manos, Lyra hizo lo mismo y después Lemy al quitarse la bandana de su cabeza dejando que le diera un beso en la frente también haciendo a un lado su fachada de rebelde sin causa.

Apoyo IntrafamiliarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora