Los hermanos Bang, son aquellos gemelos que siempre han sido envidiados desde que eran unos niños.
Su belleza e inteligencia siempre han robado suspiros.
Aún así, eso no ha sido excusa para que ellos se alejaran o distanciaran, al contrario, cuand...
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Las almas de los sabios se han incinerado, el pasado trae eventos que muy pocos recordarán o que algunos lo harán solo porque han sido traumas en su vida. El pasado marca de gran manera, el pasado crea una brecha que a veces es irrompible o simplemente ya es parte de tu vida.
Sam y Hyunjin nacieron dentro de un núcleo familiar bello y hermoso, nacieron siendo aquellos ángeles que venían a este mundo a buscar una vida o el sentido de esta.
La vida no era fácil, porque nada lo era, nada era fácil. Imagínate que esta vida sea fácil, aburrido ¿verdad?.
La vida de los gemelos Bang fue muy linda sobre todo en su niñez, sobretodo cuando aquellos gemelos eran tan solo unas almas inocentes que no sabían lo malo de los adultos. Aquellos gemelos nacieron sin tener conocimiento de las maldades que luego las personas pueden hacer.
Aún así, los gemelos se amaron hasta el último momento donde fueron separados. Fueron arrancados el uno del otro por errores de los adultos.
Hyunjin creció amado y respetado. Comprendió a temprana edad lo que había sucedido en su vida y aunque fue muy repentino todo, nunca culpó a nadie. De nadie fue la culpa, su padre sufrió mucho al igual que su madre en su momento. Hyunjin fue llenado de todo el amor que se le pudo haber dado.
Ahora con dieciocho años, Hyunjin era alguien nuevo. Aquel niño del que era de pequeño no quedaba rastro, ahora era un adolescente guapo, que sobresalía en todo. Hyunjin era muy popular en su escuela en Corea, aquel castaño había sobresalido por sus notas y belleza.
Hyunjin había crecido, había olvidado lo que en algún momento le dolió o lo que pensaba que toda su vida le iba a afectar. Hyunjin había dejado atrás su pasado, había dejado atrás a Sam.
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La vida de los Bang había sido buena después de aquellas aventuras en Australia. Kim Seungmin y Bang Chan habían unido sus vidas después de tres años que habían regresado a Corea. ¿Fue arriesgado? Demasiado. Corea aún no poseía aquella mentalidad abierta como hoy en día pero aún así, ellos ahora arriesgaron todo.
Bang ahora tenía cuarenta años, un señor todo hecho y derecho, al lado de su esposo Bang Seungmin. Ambos hombres se habían mantenido en excelentes condiciones, hasta podría decirse que los años no se les notaban.
Los tiempos han cambiado y ahora las mentes son más abiertas, las miradas juzgadoras seguían ahí pero ya no importaba, no cuando la mayoría los miraban con adoración.
Chan era muy popular en el instituto de su hijo Hyunjin, había logrado conseguir un puesto muy importante, logrando ser director de la misma. El pasado quedo atrás y lo que era el sacerdote Bang ya no quedaba rastro, nada de él.
