Los hermanos Bang, son aquellos gemelos que siempre han sido envidiados desde que eran unos niños.
Su belleza e inteligencia siempre han robado suspiros.
Aún así, eso no ha sido excusa para que ellos se alejaran o distanciaran, al contrario, cuand...
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La clase por fin había finalizado, con un poco de pereza Hyunjin recogió sus cosas y salió de la aula, caminando directo a la oficina de su padre.
— Te veo en la salida — dijo Jooyeon pasando a su lado y despidiéndose.
Hyunjin asintio, aunque Joo ya no lo había visto. A los pocos minutos los pasillos de aquel instituto se habían despoblado, el timbre sonó y dio inicio a otra clase. Hyunjin sabía que no había problema con las demás de sus clases, su padre había arreglado todo para que no le pusieran inasistencia.
— Hola, Lily — Hyunjin se recargo en la repisa de la recepcionista y saludo a esta que estaba detrás de ella.
— ¿Que tal, Hyunjin? — la chica le sonrió y luego le entregó una hoja — Tu padre me dijo que trataras amablemente al chico nuevo y no vayas a hacer algún desliz.
— Ajam... — murmuró Hyunjin tomando la hoja — ¿Y donde esta, eh? Es un impuntual, deberían...
— Está ahí... esperándote desde hace más de treinta minutos — Lily lo interrumpió y señaló detrás de Hyunjin.
Ahí se encontraba aquel chico distraído mientras veía a su al rededor, portaba una gorra azul y una gran sudadera. Hyunjin perdió el aliento por unos minutos.
Era él.
Sonrió inconscientemente, quiso evitarlo pero no pudo.
Juró por su vida que jamás lo encontraría de nuevo, juró que ya jamás miraría su hermosa cara nuevamente. Agradeció eternamente que sus juramentos no hubiesen sido escuchados.
— Hyunjin, por favor trátalo bien... — Lily le rogó y Hyunjin le hizo una seña para que se callara.
— Yo me encargo, Lily. Gracias — Hyunjin sonrió y se encaminó hasta Jeongin.
Jeongin esperaba impaciente al que supuestamente sería su tutor o algo así. Jeongin estaba hastiado, él estupido de su novio todavía seguía molestándolo. El menor había dejado en claro que ya no quería nada con él. Oh joder, aquel cabron pensaba que lo iba a perdonar después de ponerle los cuernos con su supuesto mejor amigo.
Aún le dolía la cadera de la noche anterior, sonrió inconscientemente al recordar al castaño que lo hizo delirar por esa noche. Por un momento se preguntó si en algún momento lo iba a encontrar de nuevo, era claro que si. Un pueblo chico, claro que lo iba a encontrar.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por un carraspeo. Jeongin enfoco su vista a su costado y miró como un chico alto lo miraba con una sonrisa.
