Los hermanos Bang, son aquellos gemelos que siempre han sido envidiados desde que eran unos niños.
Su belleza e inteligencia siempre han robado suspiros.
Aún así, eso no ha sido excusa para que ellos se alejaran o distanciaran, al contrario, cuand...
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Sam no sabía si eran aquellas cervezas que se había bebido o no sabía que carajos, pero aquel chico lo había besado y él no lo había apartado.
En cambio lo tomo del cuello y lo hizo acercarse. Sintió como el chico sonreía, le gustaba. Sam jadeo al sentir la mano del chico en su miembro, acariciando sobre la tela.
Los besos no paraba y Sam no podía detenerse. Se la había puesto dura de nuevo y pensaba que no podría bajarla con nada.
Mañana se arrepentiría tal vez.
Tomó de ambas nalgas al chico y ambos cuerpos empezaron a frotarse, sin besarse.
Jeongin en ningún momento se dio cuenta que su Hyunjin estaba rubio y con el cabello un poco más largo.
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Los besos resonaban por toda la habitación. ¿En que momento había llegado a un motel de paso? Ni idea, solo de un momento a otro estaban en el coche de Jeongin y después en el motel.
Los jadeos de Jeongin se escuchaban gloriosos y majestuosos. La mano de Sam se movía en un vaivén rudo y rápido sobre su miembro. Jeongin se agarraba de los hombros del contrario con miedo de que algún momento sus piernas temblorosas lo hicieran caer.
— Eso gime para mi, pequeño — Sam le dijo al oído y Jeongin sonrió, excitandose más.
De un momento a otro, Sam hizo que Jeongin se diera la vuelta y quedara apoyado con ambas palmas en la pared. Abofeteó el glúteo derecho y Jeongin gimió con gusto, moviendo mas su culo, en busca de más.
El miembro de Sam rozo el culo de Jeongin aún con la ropa de por medio.
Con la mano izquierda, Sam tomo del cabello a Jeongin y lo hizo enderezarse más, así rozándose un poco más.
Ambos caminaron mientras el rubio besaba con pasión el cuello del más bajo, dejando una que otra hematoma.
Lo empujó levemente sobre la cama, haciendo que el trasero de Jeongin quedara elevado. Sam se quito su cintó y se desnudó por completo, con lentitud pasó el cinto por toda la espalda de su contrario. Sintiendo como este se estremecía por lo frío de este.
Jeongin no sabía que le pasaba, tal vez la droga o no sabe pero le gustaba esta faceta de Hyunjin. Esa noche que habían pasado juntos en la cama, si se había comportado algo brusco pero hoy estaba una poco más y le gustó, le gustó demasiado.
Sin ni siquiera pedirlo o solicitarlo, Jeongin puso sus manos a su espalda, dando a entender que las amarrara. Sam sonrió. Las amarró lentamente sin querer lastimarlo demasiado y rozó la cabeza de su pene entre ambas nalgas.
