Capítulo #2

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El reloj marcó las dieciocho horas, solo faltaba un par para reunirme con mis amigas en lo que sería una de nuestras mejores pijamadas.
La Isla de la Sospecha luego de muchos meses por fin había llegado a su tan ansiado capítulo final.
Acordamos reunirnos en mi casa treinta minutos antes del estreno con el fin de preparar todo lo necesario; bocadillos, fuerte de almohadas, pañuelos en caso de que el capítulo se ponga emotivo y un montón de otras cosas.

No existía falla alguna, a menos que a mitad de la película Marcy comience a dar sus conclusiones sobre cómo terminará la serie, siempre que hacía eso con algún otro programa Sasha la regañaba. No tenía nada de malo intentar adivinar los finales pero las probabilidades de que Marcy acertara en sus predicciones eran bastante altas.

En ese momento yo estaba con mi laptop en el balcón, con la ventana abierta buscando entre cientas y cientas de páginas piratas la adecuada para poder ver el final sin interrupciones. Cómo dije antes, todo tenía que salir perfecto.
Mientras seguía en mi búsqueda por esa página libre de anuncios molestos, una cosa peluda se acercó entre mis sábanas, cuando la levanté apareció nada más y nada menos que mi dulce gata Dominó. Ella solo quería mimos de mi parte, mis dedos dejaron de teclear por un buen rato, Dominó era una de las excusas perfectas para no hacer la tarea jugar tanto con ella era algo agotador. Sin embargo pasados los cinco minutos tuve que detenerme, una notificación había llegado a mi buzón de mensajes.

Yo nunca suelo dejar esperar a las personas. Siento que es grosero.

Abrí el correo y era un mensaje de Sasha, en el decía lo muy emocionada que estaba por el episodio de hoy, no la puedo culpar ¿Quién no lo estaría?. Sumado a lo divertido que será la guerra de almohadas en la noche. Cuando me propuse responderle, otro mensaje con muchos emojis llegó a mí correo, definitivamente es Marcy. Al igual que Sasha, ella tampoco podía contener su emoción, nuestra conversación ya superaba los quince mensajes y todos eran suyos. Ya no sabía a quién responderle primero, o eso pensé en cuánto Sasha me envió otro mensaje que decía lo siguiente:
«Marcy no está bien».
Al principio lo tomé con calma pero luego me explicó con detalle del porque pensaba eso.

«Cuando yo hablé con ella a la salida lo hice con mucha normalidad mientras que en ella se notaba mucha inseguridad, como si fuera a enloquecer. Le pregunté si pasaba algo malo y ella negó cómo siempre hace. Sé que lo hace por ser cortés, todos lo hacemos pero está vez no se trataba de eso. Me terminé de convencer aún más cuando nos despedimos. Ella intentó decirme algo pero luego se arrepintió y se fue».

Mis ojos leían con unas pequeñas lágrimas cayendo de ellas, Marcy era una de mis mejores amigas verla alegre era lo normal cualquier otra actitud llamaba mucho la atención.

«No se lo digas, pero creo que se va a mudar».

Aunque una parte de mi no quería creerlo otra parte si lo hacía, es decir tenía sentido. Durante estos días ella no ha dejado de hacernos preguntas relacionadas al tema cómo; "¿Cuánto cuesta un boleto para ir de un estado a otro?", "¿Cuántas probabilidades existen de que funcione la amistad a distancia?" o "¿Se pueden hacer videollamadas a realidad virtual?".

«¿Anne, estás ahí?». Marcy volvió a escribir sin apuro, en ese momento sentí que hablar con ella era lo correcto.

—¡Guau! Hola Anne. No esperaba que quisieras hacer una videollamada en este momento.

—Si, tampoco yo esperaba tener que hablar contigo ahora.

—Bueno, ¿De qué quieres hablar?

Mi boca se sentía muy pesada, me era imposible encontrar la voluntad para formar las palabras correctas.
Marcy casi de inmediato, empezó a contarme un montón de cosas sobre su día, es lo que normalmente sucede si la dejas esperando —Y luego el maestro vino y nos corrió a todos de la clase, claro, yo estuve jugando en hora de clase pero no era motivo para que me...

—Marcy —dije cabizbaja, no quería ser yo la que se lo diga pero tampoco quería que fuera Sasha —¿No tienes algo importante que decirnos a mí y a Sasha?

—¿Algo importante? —devolvió la pregunta, un tanto nerviosa y asustada. —¡Ah claro que sí!.

Se fue por un momento para luego regresar con una enorme maqueta de nuestra ciudad, se veía super bien elaborada aunque eso no es a lo que me refería.
—¡¿Qué te parece?! Al maestro le gustó mucho y pensé que tal vez a ustedes también les gustaría.
—Es bonito —señalé.

—¿Si verdad? Todos en la clase me dijeron que debió tomarme muchas horas pero yo les contesté que solo fueron un par, ¡Hasta el maestro no me creyó!.
Tuve que explicarle que es mucho más sencillo si toma como referencia un mapa y...

—Marcy —ella solo me miró confundida. —¿Por qué tratas de ocultarlo? Sé que esto no es lo que querías contarnos.

No dijo ninguna palabra, solo tendió a evitar hacer contacto visual con una expresión llena de preocupación.
—¿No somos amigas? —le supliqué —Puedes contar con nosotras, puedes contar conmigo.

Me asusté mucho cuando empezó a llorar enfrente de mí, no entendí nada hasta que ella me lo dijo entre sollozos.
—Anne m-me mudaré lejos de aquí, muy lejos de esta ciudad y de ustedes. Papá y Mamá aún no me dan el porqué pero yo pienso que es por trabajo.

Marcy no podía pronunciar bien las palabras, las lágrimas no la dejaban tranquila.
—Yo quería decírles, enserio, pero... —un pequeño quiebre rompió su voz. —No quiero que nos separen, no quiero perderlas por nada del mundo.

—No sucederá, tranquila. Nosotras siempre estaremos aquí para protegerte Mar-mar, hallaremos una solución. ¿Está bien?.

Su sonrisa lo dijo todo, aunque sea a través de una pantalla pude sentir su alivio. Aún no tenía idea de cómo haríamos para que no se fuera pero sabía que algo se nos ocurriría. Por el momento su bienestar era lo importante.

—Anne.

—¿Si?

—Eres la mejor.

Yo solo me ruboricé por tal comentario. —Somos las mejores. —añadí con alegría.

Después de esa conversación poco a poco nos desviamos del tema y terminamos hablando sobre los preparativos para la noche. Ella pensaba en personalmente encargarse de los bocadillos, los de la tienda eran buenos, ¡Pero los suyos eran otra cosa!. También comentamos sobre el tipo de bebida que tocaba probar, anteriormente compramos de piña, naranja, cola roja, cola negra y muchos otros. En propias palabras de Sasha, los refrescos carecían de vida y rudeza no se sentían lo suficientemente fuerte para ella. Así que pensamos en que sería buena idea seguir su sugerencia y beber la bebida "explosión de moras".

Por otro lado seguimos hablando sobre el tema de la mudanza que hace un rato habíamos dejado de lado. Eso nos dejó de preocupar mucho en cuánto quedamos en contarle a Sasha sobre eso esta noche, a ella siempre se le vienen las mejores ideas. Aún así, Marbles y yo acordamos en que no dejaríamos que eso intervenga en nuestra pijamada. Apuesto a qué si Sasha estuviera aquí diría que está muy orgullosa de nosotras.

Ambas continuamos charlando hasta que una voz llamó a la puerta. —Anne querida por favor baja, la cena está servida.

No podía creerlo, eran ya las diecinueve horas de la noche.
—¿Es tu mamá?

—Si, quiere que baje a cenar.

—Está bien, creo que deberías ir. De todas maneras creo que ya es hora de que me prepare para la gran noche.

—¡Seguro!

—Anne... —me dijo antes de bajar la pantalla de la laptop. —En verdad agradezco mucho lo que haces por mí.

—No te preocupes Mar-mar, ¿Estás lista para la noche más inolvidable de nuestras vidas?.

—Más que lista. —respondió imitando a un personaje de la serie. Nos despedimos a casi dos horas y veinte minutos del gran evento.

Las cosas en la mesa iban como siempre. Mamá contaba sobre lo bien que le iba en la tienda, normalmente ella atendía a los clientes, cocinaba, lavaba y se encargaba de hacer los pedidos. Mientras que Papá entregaba esos pedidos, puede que no parezca mucho pero también tenía que ver otras cosas como el mantenimiento del auto, los gastos totales y un montón de cosas que mi mente de adolescente aún no podía entender del todo.

El Accidente - AmphibiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora