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En un departamento vive una científica, aunque ahora no estaba presente en aquel lugar estaban sus creaciones en el, tres clones hecho a partir de un joven llamado Kabukimono que falleció hacía tiempo.
El primer clon se llama Scaramouche. Ella lo creó para ser un clon exacto de Kabukimono en apariencia y personalidad. Scaramouche tiene todos los recuerdos y experiencias de Kabukimono.
El segundo clon se llama Kunikuzushi. Ella lo alteró genéticamente para tener una apariencia ligeramente diferente a Kabukimono y una personalidad más dócil y cooperativa. Kunikuzushi sabe que es un clon, pero fue creado principalmente para servir y obedecer a la científica.
El tercer clon se llama Wanderer. También fue alterado genéticamente tiene cierto parecido con los demás clones y también una personalidad más inquisitiva e independiente. A Wanderer se le ha dado la libertad de vivir su propia vida y forjar su propio destino, aunque ocasionalmente aún se reporta con la científica.
[...]
Scaramouche miraba la televisión aquella noche aburrida, estaban solos en aquella amplia casa, Ei su creadora, no les tenía permitido salir de ahí, si bien sabía que se debía a que eran la viva imagen de Kabukimono y su final trágico no podía evitar sentirse molesto ante la sobreprotección que tenía con ellos.
Miró a Kunikuzushi, quien se encontraba a su lado mirando tranquilamente la televisión junto a él mientras que su "hermano" Wanderer estaba en su habitación. Resopló demasiado aburrido, hecho su cabeza hacía atrás, mirando de reojo a Kunikuzushi, si bien eran parecidos habían leves diferencias.
Se acercó su mano hacia él, quitando el mechón que cubría su lunar, pudo sentir como se estremecía ante el contacto poniéndose notablemente nervioso. Sonrió algo divertido, acortando el espacio entre ellos dos.
-¿Q-que haces...?-Preguntó Kunikuzushi, mientras lo veía acercarse más a él, si bien a veces hacia aquello para luego apartarse con una risa irónica, siempre el nerviosismo aparecía.
-Vamos, no me digas que no lo deseas también...- Dijo Scaramouche con su típico tono altanero antes de acercarse más a Kunikuzushi y tomar su mentón para que lo mirara directamente.
