Avengers: Infinity War.

Preludio

Life before the Mad Titan's arrival.

Narra Peter:

La vida es buena.

Al menos en lo que a este último año respecta.

Desde que Elena y yo vencimos a Eddie y lo separamos del simbionte, las cosas han ido de fábulas.

Los villanos no nos han puesto mucho contra las cuerdas. No ha pasado nada grave como aquello ni fuera de lo normal.

Todo va bien. Y lo más importante:

Por primera vez en mucho tiempo: Somos felices de verdad.

Elena es feliz de verdad.

Llegó a términos con la muerte de su tía como yo lo hice en su momento con la de Gwen y ha pasado página. Vuelve a sonreír y disfruta más de la vida que nunca.

Desde la desaparición de Matt, hará un año prácticamente, vive con Tía May y conmigo, compartimos cuarto. La he dejado quedarse con la litera de arriba.

Está feliz porque sabe con certeza que Matt volverá. Y yo la creo. ¿Cómo no voy a creerla? Hasta ahora no se ha equivocado.

Además, hoy es un día especial para ella. Su cumpleaños. Cumple 17 años. Tiene que empezar el día de su cumpleaños como es debido.

Me bajo de mi cama con delicadeza para asomarme si está despierta.

Que va, está durmiendo a pierna tendida. Voy a hacer que se despierte llena de energía.

Descalzo, me pego a la pared y subo hasta quedar en el techo encima de ella. Duerme como un angelito. Ohhh. No por mucho tiempo.

Después de esto me matará pero merecerá la pena.

Me dejo caer encima de ella a la vez que grito tan fuerte como puedo:

-¡GERONIMOOOO! -Al son de esa palabra caigo sobre ella justo en el momento en que se despierta sobresaltada y ambos botamos en su cama.

-¿PERO QUÉ? -Dice conmigo encima, cabreada pero a la vez intenta contenerse la risa que la está entrando al oírme a mí reírme a carcajada limpia.

-¡Buenos días! ¡Hora de levantarse e ir a clase! ¡No querrás llegar tarde el día de tu cumpleaños!

-¿Me has despertado así porque es mi cumpleaños, Peter? -Me pregunta con una ceja alzada y media sonrisa.

-Oui -La respondo sorbiendo. Su respuesta es bastante explícita.

Coge su almohada y me golpea con ella tirándome de la litera, lo que hace que caiga de culo en el suelo.

Mereció la pena.

-¿Qué es todo ese jaleo, chicos? -Nos pregunta tía May desde el otro lado de la puerta.

Vale, puede que nos hayamos pasado con el ruido tan temprano.

-¡Nada! -Decimos los dos a la vez.

-¡No lo parecía! ¡Venid a desayunar, vamos o perderéis el metro!

Elena baja de la litera y me ayuda a levantarme.

Llega ese momento del día en el que nos jugamos a piedra, papel o tijera quién se cambia en el cuarto de baño ese día. Tanto por la mañana como por la noche.

-¡Piedra, papel... Tijera! -Maldita sea, perdí.

-No... -Me quejo yo. Ya es la tercera vez esta semana

-¡Sí! -Dice ella victoriosa y me pasa mi ropa para que me vaya al baño. -Te veré abajo.

-Disfruta mientras puedas. No puedes ganar eternamente, señorita Gordon.