Mi primer encuento con Peter Parker no fue cuando Tony Stark nos juntó a ambos y desveló nuestras identidades secretas al otro.
No. Peter y yo nos conocimos por primera vez hace varios años atrás. Ninguno de los dos habíamos empezado nuestra andadura en mallas. No, ambos estábamos empezando una aventura bien distinta: El primer año de instituto. El primer cambio grande de todo niño.
Por ese entonces yo llevaba viviendo con mi tía un par de años y me aterraba la idea de aquel cambio. De hecho, el primer año no fue mi mejor año...
Tuve demasiados problemas, entre ellos irritar a la gente equivocada solo con mi mera presencia. La Elena de ahora se hubiera dejado de idioteces y no hubiera aguantado ni una sola. La Elena de 12 años... Aquella que hacía tan solo un par de años que había perdido a sus padres y todavía estaba muy afectada por ello, vulnerable... Aquella Elena solo quería ser invisible. Y los niños, como toda la gente, podían llegar a ser muy crueles.
En este caso, yo me convertí en su blanco favorito durante todo mi primer año de instituto, escondiéndome donde podía y no diciendo nada a nadie para no dar problemas. Solo pensaba en que no quería causar problemas a mi tía... Y si le contaba que me acosaban de esa manera se los acabaría por dar. No fue una buena decisión, pero es la que una niña de 12 años asustada y todavía tratando de recuperarse de la muerte de sus padres vio como la única posible.
Los recreos me los pasaba escondiéndome y en clase cuanto más desapercibido pasara mejor. Y conseguía sobrevivir... Hasta que un buen día se me ocurrió plantar cara porque no aguantaba más. Hoy recuerdo esa decisión con orgullo, pero en ese momento... En ese momento solo quería que me tragara la tierra.
Resulta que uno de los recreos (me acuerdo perfectamene que fue en Mayo de ese curso), dieron conmigo en el escondite que solía usar: La biblioteca; y harta de que no me dejaran vivir... Pegué un puñetazo al lider del grupito con consecuencias desastrosas (para él especialmente). A parte de romperle la nariz, le saqué los dos paletos, sorprendiendo a sus colegas y a mí misma.
Ese día descubrí que se me daba bien dar puñetazos, pero estaba demasiado asutada en ese momento como para que me importara, por lo que salí corriendo de la biblioteca como alma que lleva el diablo. No tardaron en pisarme los talones. Me persiguieron por todo el recinto del patio y nadie hacía nada al respecto (eso no es nada nuevo)
Milagrosamente, conseguí medio darles esquinazo cuando entré dentro del edificio, pero pensé que mi buena suerte se había acabado cuando tropecé por las escaleras y caí. Pero lo que yo no sabía es que había tenido un golpe de suerte, pues había caído por accidente encima de un niño de mi curso que amortiguó la caída. Ambos nos dimos un buen golpe, pero a mí me estaba dando un ataque de pánico porque sentía que los otros se estaban acercando. Aquel chico tenía el pelo castaño, bien peinado, una camisa a cuadros y gafas, además de ser muy delgadito.
Recuerdo que me disculpe un millar de veces mientras me levantaba y le ayudaba a levantarse.
-Tranquila, estoy bien. ¿Pero y tú? ¿Qué ocurre? ¿Adónde vas con tanta prisa? -Me preguntó tratando de entender lo que ocurría, viendo que estaba a punto de perder los nervios y viendo con total claridad que estaba al borde perder los nervios.
-¡Tengo que esconderme o me matarán! -No hacía más que repetir, muerta del miedo y sin dejar de mirar hacia atrás.
Entonces el niño miró hacia donde yo miraba, y vio lo que yo vi: El grupo que quería hacer una tumba con mi nombre ahí mismo, y el del centro con la mano cubriéndose la mitad de la cara, asomando sangre por los dedos. Jamás se me olvidará la cara de sorpresa que puso al verlos, sobre todo al que estaba sangrando.
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Avengers: Endgame
Fanfiction"Perdimos. Todos. Hoy tenemos la oportunidad de recuperarlo todo" "Cueste lo que cueste" ✴✴✴ Todos los personajes excepto los creados por mí pertenecen a Marvel Comics/Marvel Studios. Dedicada a Stan Lee, Jack Kirby, Steve Ditko y a todos a los qué...