Distancia sutil

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Jimin

Nunca había tenido problemas para escuchar alguna platica de Sonji, de cualquier tema que me hablara me era fascinante, pero desde que me entere que tiene novio y que es mayor, no deja de hablar de otra cosa que no sea "el maravilloso Gyu".

Mi lado celoso se activaba de inmediato y mis gestos no se podía controlar, fingía mejor ponerle atención, cosa que lamentaba, porque no es algo que haría normalmente. Estaba en mi teléfono jugando mientras ella platicaba de la cita tan perfecta que tuvo, se escuchaban otros murmullos de personas de nuestro salón.

"No entiendo como es que ella es amiga de ese sujeto"

"La ignora todo el tiempo y ella esta ahí"

Siempre hablaban a nuestras espaldas, pero no me interesaba demostrarle nada a ninguno de los de ahí, los amigos de Sonji me toleraban demasiado pues sabían en realidad como la trataba, nunca fui grosero con ella. No soy el ser mas dulce ni cursi, pero a ella siempre la he respetado demasiado. Cosa que no conocen la mayoría de aquí.

Aunque si me he visto poquito imbécil estos días, debo cambiar eso, por ella.

—Mamá quiere que vayas a casa a comer, después podemos ver un maratón de esas películas extrañas de asesinos seriales que te gustan, tiene tiempo que no hacemos nada.

—¡Si! ¿Qué prepara nuestra madre? —sonrió con entusiasmo.

—Curry dulce, sabe que es tu favorito y me dijo que lo haría.

—Es un día perfecto para comer curry, es mas es un día perfecto para ver películas, pero prefiero que veamos una serie.

—Eso es nuevo, ¿Qué clase de serie?

—Trata sobre como se fueron creando los porfiristas de los asesinos seriales.

Me reí un poco alto negando con la cabeza, le di un golpecito en la frente.

—Estaba empezando a creer que te estabas volviendo normal por un segundo.

—Oye —se sobo la frente —también puedo ser normal.

—No lo hagas —tome su mano —me asusta cuando lo eres, prefiero a mi Sonji de siempre.

—No te entiendo.

—Lo se pequeño bicho, se que no me entiendes, por eso a veces me frustro un poco.

Se levanto y acomodo el uniforme, me extendió la mano.

—¿Me compras un jugo de arándano?

—Ni creas, es tu turno de invitar el almuerzo, y hoy especialmente tengo un hambre feroz.

Aunque fuera su turno, le compraba lo que me pedía, ¿Cómo negarme si es tan perfecta?

Estaba ansioso por su visita el fin de semana, Sonji es la única chica que conoce mi casa y a mi madre, por eso siempre trato de tener todo ordenado cuando ella va ir. Pongo mucho cuidado a todo lo que realizo cuando ella vendrá, incluso no dejo rastros de ropa sucia en mi habitación. Se que ella no se fijaría en nada de eso, pero es importante para mí.

—Sonji me agrada demasiado, es tan linda chica, además de que te hace ayudarme a limpiar la casa.

Me giro mientras seco uno de los platos mirando ferozmente a mi madre.

—Lo dices como si nunca te ayudara.

—Bueno es que casi volteamos la casa cuando ella viene —se encoge de hombros mientras va a tender la ropa.

Mi teléfono empieza a vibrar en la barra de la cocina, contesto sin mirar el remitente con un tono neutro.

—¿Diga?

—Jiminnie.

—Mina —digo sin entusiasmo —dime, ¿Qué necesitas?

—Quiero verte, ya no has estado conmigo desde hace semanas, en verdad te extraño, mi cama te extraña.

—Ay nena, lo que pasa es que, ya no me llenas, me aburrí un poco de ti, y preferí buscar más opciones.

—Eso es mentira, no te has metido con nadie hace tiempo, eso lo sé, porque me han venido a preguntar tus amiguitas por ti.

—¿Conoces a todas mis conquistas?

—Tal vez no, pero sé que estas cambiando.

—Que bueno que lo entiendas, ahora no me vuelvas a llamar, estoy ocupado.

Colgué con fastidio, aunque no me había puesto a pensar que si tenia poco mas de dos meses sin salir con nadie, ni estar con nadie, llegaba a casa bastante feliz y no necesitaba volver a salir con nadie más.

Volvió a sonar mi teléfono y conteste molesto.

—¿Qué no entiendes que no me llames?

—¿Mochi?

—Perdona bicho, creí que era otra persona, dime.

—Tendré que cancelar, Mingyu quiere que vayamos a comprar un vestido para una fiesta de gala que habrá en su universidad, y como me invito.

—Esta bien, otro día será.

No la deje decir nada más, solo le colgué y apague el teléfono, termine de lavar los trastes y me fui a dormir a mi habitación, debería de marcarle a alguna de las chicas, pero a quien engaño. Ninguna es Sonji.

Moon (P.JM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora