Hyunjin, marcado por un pasado de abuso y adicción a las drogas, encuentra esperanza en Felix, un compañero de universidad. A través del apoyo incondicional de Felix y la terapia, Hyunjin enfrenta sus traumas y comienza a reconstruir su vida. Redesc...
Hyunjin siempre había sido un misterio para sus compañeros de la universidad. Alto, delgado y con una belleza que parecía sacada de un cuadro renacentista, su presencia era inconfundible en los pasillos. Sin embargo, la distancia que mantenía con los demás, sus silencios prolongados y las sombras en sus ojos contaban una historia que nadie conocía.
Desde joven, Hyunjin había soportado el peso de un hogar roto y el acoso constante en la escuela. Sus padres, siempre ausentes y envueltos en sus propios problemas, no notaron cómo su hijo se desmoronaba lentamente. En la escuela, sus compañeros se burlaban de él por cualquier motivo, desde su apariencia hasta sus calificaciones. Cada día era una batalla que parecía no tener fin.
La ansiedad pronto se convirtió en su compañera inseparable, una presencia constante que lo asfixiaba en silencio. En su desesperación por encontrar una salida, Hyunjin recurrió a las drogas. Al principio, fueron solo píldoras para ayudarlo a dormir o a relajarse. Pero con el tiempo, su necesidad de escapar se hizo más intensa, y las drogas se convirtieron en su refugio constante.
La universidad debía ser un nuevo comienzo, un lugar donde podría reinventarse. Sin embargo, el pasado lo seguía como una sombra. Sus noches estaban plagadas de pesadillas y sus días, de una ansiedad que lo consumía. Era un ciclo sin fin, un "burning pile" de dolor y desesperación que parecía no tener fin.
Un día, mientras estaba sentado solo en un rincón del campus, escuchando música en sus auriculares, sintió una presencia a su lado. Al levantar la vista, se encontró con unos ojos cálidos y una sonrisa amable. Era Felix, un chico de su clase que siempre parecía irradiar alegría y energía positiva.
-Hola, Hyunjin, ¿verdad? -dijo Felix con una sonrisa que iluminaba su rostro-. Te he visto en clase y pensé en venir a saludarte.
Hyunjin se tensó de inmediato. No quería amigos, no necesitaba a nadie que se acercara a él solo para acabar decepcionándolo. Así que, sin siquiera quitarse los auriculares, asintió brevemente y volvió la mirada hacia el suelo.
Felix, sin embargo, no se dejó desanimar por la fría recepción. Se sentó a su lado y comenzó a hablar de cosas triviales: el clima, los profesores, las tareas. Hyunjin intentó ignorarlo, pero algo en la voz de Felix lo atraía, una sinceridad y calidez que no había experimentado en mucho tiempo.
Con el paso de los días, Felix siguió acercándose a Hyunjin. A veces solo se sentaba a su lado en silencio, otras veces le hablaba de sus propias experiencias y sueños. Poco a poco, Hyunjin comenzó a bajar la guardia. Había algo en Felix que le hacía sentir seguro, como si, por primera vez en mucho tiempo, alguien realmente se preocupara por él.
Una tarde, mientras caminaban juntos hacia sus dormitorios, Felix se detuvo y miró a Hyunjin con seriedad.
-Sé que estás pasando por algo difícil -dijo suavemente-. No sé qué es, pero quiero que sepas que estoy aquí para ti, sin juzgar, solo para ayudarte.
Hyunjin sintió un nudo en la garganta. Las palabras de Felix eran como un bálsamo para su alma herida. Por primera vez, consideró la posibilidad de abrirse, de dejar que alguien viera el "burning pile" que llevaba dentro.
Pero sabía que no sería fácil. Las cicatrices del pasado y la dependencia de las drogas eran barreras difíciles de superar. Sin embargo, en ese momento, al mirar a Felix, sintió una chispa de esperanza. Tal vez, solo tal vez, con el apoyo de Felix, podría encontrar una forma de apagar las llamas y reconstruir su vida desde las cenizas.
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