Una esposa joven ━━━ [¡Padre, no quiero casarme!]

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Ariadne, la cual se retiró para tomar un poco de aire en el jardín.

Los nobles se acercaban a ella y la felicitaron por su embarazo una y otra vez bajo los ojos vigilantes de sus hermanos y eso la canso.

Sabía que bajo esas sonrisas, se burlaban de ella por tener al bebe.

"Ha pasado un tiempo Aria" La mencionada miro a su primo y le sonrió.

"Lo mismo digo, Max. Felicidades por tu gran victoria."

"No lo pude ser sin ayuda de tu hermano Lancelot."Max noto como la sonrisa de su prima desaparecía."¿Paso algo?"

"Nada, solo que Lan está molesto conmigo"

"Por el embarazo?"Ariadne asintió."Es ese niño en tu vientre es del maestro o me equivocó."

Max confirmó su sospecha al ver qué ella no dijo nada. Él sabía de la aventura que tuvo con el maestro por algo que no debió beber en esa fiesta.

Ella se lo había confesado mientras lloraba en sus brazos por haber traicionado la confianza de su amiga.

Y él solo le dijo;

Eso fue una bendición Aria, esa persona tiene una personalidad detestable y no vale la pena tener su miserable amistad.

Ahora Max piensa en eso y se arrepiente tanto de haberle dicho eso.

Está claro que Jubelian es un rayo de sol.

"No sé cómo Jubelian tomará esto."Ariadne lo miro confundido."Oh, no te lo he contado por qué estabas en el territorio Nigerth."

Ariadne sintió que la palabra que diría Max le iban a doler y eso fue lo que pasó.

"Jubelian es mi futura esposa, ya estamos decidiendo los nombres de los gemelos, porque sí, tendremos dos hermosos gemelos"

Max continuó contándole sus planes de vida junto a Jubelian, sin notar como los ojos de la menor se pusieron rojos y las lágrimas cayeron.

Dolía mucho, no poder estar junto a la persona que ama.

"¿Por qué estás llorando?" Su primo entro en pánico.

"Estoy tan feliz por ti, Max, esperó que la cuides y la protejas."

"Eso haré no te preocupes, como también te protegeré a ti y a ese niño en tu vientre."

Él la atrajo en sus brazos como ella lo hacía cuando eran unos niños. Para Max, su prima fue la primera persona en consolarlo por la muerte de su madre e incluso le canto una canción de cuna.

Pero él sabía que también ella está triste por la muerte de su madre, después de todo, su madre se convirtió en la figura materna de ella.

Porque su tía la marquesa Nigerth, murió al darla a luz. Aún recuerda como el emperador se volvió loco ante su repentina muerte.

"Max, ¿Puedes dejarnos solos?"

Max soltó a su prima y miro hacia su maestro, el cual tenía una aura oscura y fría mientras miraba a Ariadne. Él se iba a negar pero su prima lo empujó para que se fuera y con un suspiro pesado acepto.

"No haga una estupidez maestro"

Fue lo único que dijo antes de dejarlos solos para buscar a Jubelian y revelarle que él es el aterrador príncipe heredero.