Cuando Sirius se ve envuelto en la furia de Euphemia Potter por ser un "mujeriego" decide buscar una chica que siga su plan de fingir ser su novia con sus padres y así que no se molesten con él...
Pero no contaba con que pasar tiempo con Rosalie Eva...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
❝Princesa❞
•─: ∙:°:◦:∙•∙:◦:°:∙ :─•
Al pasar sobre Bristol la moto comenzó a temblar y su altura descendió cada vez más rápido mientras la Evans gritaba insultos en latín al Black que trataba de controlar su motocicleta.
Al final lograron aterrizar en un pequeño claro en un bosque, la respiración de ambos volvió a la normalidad al darse cuenta de que no habían chocado y seguían vivos.
–Odi te canem–Soltó la chica bajándose del vehículo.
–¿Qué?–
–Dije que te odio perro, pero en latín para no incumplir el contrato–Explicó la pelirroja.
Sirius recordó la cláusula que había añadido él mismo de que no lo podía insultar en ningún idioma moderno, se regañó mentalmente por no añadir el latín a esa lista.
Rose se quitó su casco para luego voltear y ver al Black, sabía que estaba molesto porque ella lo había logrado engañar en uno de los términos del contrato, pero esto solo la divirtió más.
–Voy a arreglar la moto y nos vamos, niña superdotada–Refunfuñó el azabache.
Los siguientes cinco minutos fueron los mejores en la vida de Rose Evans, ella veía alegremente como Sirius no sabía siquiera cambiar una rueda de su moto y mucho menos revisar qué está mal.
–Necesitas una llave del 10 para eso, esa es del 14–Se burló la pelirroja al verlo luchar.
–¡Ven a repararla tú si te crees tan lista!–Retó el mayor.
La pelirroja se levantó de su cómodo asiento, un tronco, en la sombra de un árbol para luego caminar hasta él, lo empujó lejos de su camino y comenzó con su tarea de revisar lo que estaba mal.
Sirius frunció el ceño al verla tomar las herramientas con agilidad, incluso se hizo una coleta con una llave de tuercas y esto le hizo saber al chico que no era la primera vez que reparaba una motocicleta.
–Dame la llave que lanzaste hace rato–Pidió la chica sin verlo.
–¿Cómo sabes tanto de motocicletas?–Se atrevió a preguntar el ojigris mientras buscaba la llave en el césped.
–Se nota que vas a mi casa solo a comer, Fido–Se burló la Evans–¿No viste el taller en la esquina?–
