Suena el despertador por la mañana, pero hago como que no lo escucho. Sé que debo levantarme, pero es como si la cama se hiciera mucho más cómoda por la mañana. Suspiro. Hoy es mi primer día de universidad. Estoy muy emocionada. Periodismo fue lo que elegí, ya que es algo en lo que me fijado hace mucho tiempo.
Recuerdo que de pequeña, cuando me aburría, -la mayor parte del tiempo- solía tomar algún control remoto y entrevistar a la gente. Cuando aprendí a leer y escribir, buscaba noticias y les preguntaba a las personas que opinaban al respecto. Más grande comencé a hacer mis propias noticias, trataba de enterarme de todo lo que pasaba en el vecindario, chismes, accidentes, tragedias. A la edad de 12 años, el perro de mi vecina se perdió, y yo hice un reportaje el cual mi padre se encargo de transmitir a la mayoría de manzanas cercanas, por lo que en poco tiempo, todos ayudaban a buscar a la mascota, la cual apareció unas semanas después en uno de los vecindarios cercanos. En ese momento mi padre decidió que merecía tener algo así como un periódico en el cual daba a conocer noticias y reportajes redactados por mí. Fue ahí cuando me di cuenta que lo mío era el periodismo, por lo que cuando salí de la escuela y postulé a las universidades elegí la que mejor desarrollara lo que quería. Ahí todo bien. Lo malo era que para registrarte y recoger el horario había que estar muy temprano el primer día de clases.
Abro los ojos y me digno a ver el despertador. Son las 7:15am. He pasado 15 minutos acostada. 15 minutos menos en lo que podré arreglarme. Bufo y me levanto. Me desperezo y voy en busca de dos toallas. Me quita 10 minutos bañarme y otros 10 en elegir mi vestuario. 7:35. Tengo otros 10 para desayunar, lo que hace que me queden 15 minutos para llegar a la universidad a las 8:00. Odio esto.
Salgo de mi habitación y bajo al primer piso para ir a la cocina. Mi casa consta de 3 pisos y un sótano. En el primero hay un living gigantesco, la cocina igual de grande, un comedor mediano (para 20 personas), 2 baños, la habitación de las empleadas y la oficina de mi padre. La habitación de mi hermana y de mi padre están en el segundo piso, (son bastante grandes y cada una consta de un baño privado) junto con una sala de "estudio" y una sala de estar. Mi habitación se encuentra en el tercero. Puedo alardear de que es la más grande, debido a que mi closet es del tamaño de una habitación para empleados (mediana), tengo un tocador y una cama de 2 plazas con dosel. Es obvio que no puedo quejarme, y en la realidad no lo hago (mucho).
Entro a la cocina y me encuentro a Katie desayunando en el mesón, a Olga lavando y a mi padre leyendo su típico periódico matutino con su café descafeinado.
─Hola ─saludo. Mi padre hace un asentimiento de cabeza.
─Hola, Piper ─ dice mi hermana sonriendo.
Lleva puestos unos jeans, una polera de tiritas y una camisa cuadrillé que debió de sacar de mi antiguo armario. Sonrío y me siento junto a ella. Tomo una servilleta y le limpio algunas migas de pan que le han quedado en la comisura de los labios.
─Gracias ─dice tomando por sí misma la servilleta.
─Recuerda Kat, debes siempre estar limpia y ordenada. Hay que atraer chicos, no palomas ─digo mirándola.
─Sinceramente yo prefiero que atraiga palomas ─dice nuestro progenitor, tomando de su café.
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Él robó mi mano, mi libertad.
RomanceMi vida siempre ha sido perfecta (bueno, tal vez no siempre. Casi) y todo se debe a la libertad que siempre me han otorgado para poder hacer todo. Comprar lo que yo quiero, gastar cuanto quiera, hacer fiestas como desee. Pero no todo en la vida es c...