𝐍𝐢𝐱𝐢𝐞 𝐇𝐚𝐫𝐯𝐞𝐲 𝐎𝐬𝐰𝐚𝐥𝐝Camino tranquilamente por el patio central del instituto, la brisa mañanera de los últimos días de verano para el otoño son mis favoritos, el viento sopla, las hojas de color marrón y naranja caen y cuando las pisas crujen, es tan cálido que me anima a caminar por las mañanas antes de comenzar las clases. Por eso, siempre llego temprana al instituto para caminar, me sirve para ordenar y prepara mi mente despejándolo de todo pensamiento distractor que pueda tener, también, para ir a la biblioteca a estudiar si tengo algún examen o exposición o solo porque me gusta ver a mis compañeros llegar.
Además, estoy en mi último año del instituto, así que me tengo que esforzar mucho en dar lo mejor de mi (aunque tenga las mejores todas de toda mi clase), disfrutar y crear lindos recuerdos con mis compañeros e profesores.
Camino hacia el salón de clases, al entrar me dirijo a las escaleras que están en el medio que las dos columnas de mesas, subo hasta la última fila a la derecha cercar del gran ventanal y tomo asiento, esperando paciente mente que lleguen mis compañeros y a la profesora de matemáticas (que es mi profesora titular y es muy divertida fuera de su clase) de las primeras dos horas de clases.
La profesora entra regañando a unos cuantos estudiantes que llegaron tarde, entre ellos está mi mejor y única amiga Taylor, la típica chica popular que todo el mundo ama, menos "algunos" profesores que nadie sabe el porqué, e hija del director de este instituto. Luego de que la profesora les dará una última oportunidad, los dejo entrar, Taylor subió corriendo las escaleras y se sentó a mi lado.
−Llegaste temprano, Tay –dije en voz baja.
−Ni me lo digas, cada vez que llego siempre nos toca con esa mujer malhumorada. –se queja Taylor mientras saca sus utensilios.
−Antes de comenzar la clase de hoy, −dice la profesora luego de escribir la fecha y la materia en la pizarra− tenemos un estudiante de intercambio de Nueva Orlada, quiero que lo que reciban bien.
¿Aquí se le ocurre cambiar de instituto en el último año?
Después de que la profe dejo de hablar, entra un chico, alto, castaño de ojos azules vivos que con su sonrisa expresa un aura de extrovertido, brazos trabajados y una mandíbula de modelo. ¡Es como si todos los dioses se coordinarán en darle un pedazo de ellos y que afrodita los juntara y con su belleza creara Santísimo hermosidad!
Todos los que estamos presentes no podemos evitar tener nuestra atención en él, y al parecer él lo nota y se pasa la mano por el pelo pera despeinarlo.
Hola, mi nombre es Asher Orwald, −su voz es grave− ya cumplí los 18 años hace ya un mes, como dijo la profesora soy de New Orlada y me trasferí aquí para culminar mis estudios y quiero estudiar Artes visuales.
Yo no soy una persona que cree el amor a primera vista, pero te juro por Dios, que a partir de hoy ese tal Asher Orwald me robara cada suspiro y cada sueño que tengo.
Y así nos pasamos toda la mañana, Taylor quejándose de todas las clases y hablando de lo guapo que es el chico nuevo, y yo sin dejar de mirarlo, él esta unas dos filas debajo de la mía así que solo puedo su cabello y sus hombros anchos.
Soy Nixie Harvey y esta es mi historia de un romance que llego muy tarde. O eso es lo que sentí al pasar del tiempo.
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Tarde de conocí
RandomLindsay siempre ha sido una apasionada de la filosofía y ha dedicado gran parte de su vida a estudiarla. En su último año en la universidad, conoce a Asher, un estudiante de arte, Asher es un chico misterioso y un poco reservado, pero cuando se sien...