El heredero de Son Goku: El humano más poderoso

01.- Aquel extraño hombre de cabello de palma.

Narra Issei:

¿Cuando fue que las cosas se fueron tan a la mierda? O si, desde que se me fue acusado por violación por parte de una MALDITA PERRA.

Ocurrió un día como estos hace 2 años: en ese momento estaba cursando mi último año en secundaria y sin contexto alguno una chica se me declaro de la nada; como se puede esperar de alguien como yo: un adolescente hormonado que siempre ha soñado con tener novia acepte sin pensarme lo una sola vez

Los primeros días interactuando con ella resultaban en algo peor que un desastre, por mucho que me esforzaba en poder ser una buena pareja parecía que mis esfuerzos no eran suficientes y hacían que la chica solo jugará más con mi ingenuidad. Kyo, mi hermano mayor me había advertido de ella pero jamás hice caso a sus palabras pues no quería salir de aquella burbuja y vaya lío en el cual termine metido cuando la chica decidió dejar esa faceta de "niña buena" para convertirse en la perra desalmada más grande que alguna vez haya visto. Apenas entre al primer año de preparatoria y me acuso de agredirla a ella sexualmente, claramente hubo diversas reacciones y para mí mala suerte la mayoría eran horribles hacia mi persona.

Los hombres como era de esperarse me tomaron entre varios y empezaron a darme una golpiza en el suelo durante varios días seguidos, varias de esas veces terminaba en un hospital debido a la enorme cantidad de hematomas y perdida de sangre que llegaba a tener.

Las mujeres por otro lado fueron más por la agresión verbal, todas sin excepción llamándome “Rata asquerosa”, “el vomitivo” o mi "favorito": “Escoria”.

Todo esto estaba demasiado mal en mi vida, pero al menos pensaba que mis padres podrían llegar a apoyarme en algo, pero no fue así: mi madre sin decirme nada solo me mandó directo a mi habitación con una mirada de total decepción sobre su rostro y mi padre siempre se mantenía frío e inexpresivo cuando estaba cerca de su presencia.

Todo este dolor, físico y mental era como una eterna tortura cada día en la cual solo esperaba que el sol se ocultara para poder acostarme y llorar hasta dormir. Está se había vuelto su rutina en estos dos años en los cuales solo esperaba que acabará, tenía la esperanza de que su ex novia pudiera recapacitar y que admitiera que todo era mentira, pero no sucedió y jamas sucederá, ella era una maldita psicópata que gozaba tanto de sus sufrimiento que incluso se intercambio al mismo instituto en el cual estaba el solo para continuar con burlándose de mí, si pudiera golpearla sin que hubiera consecuencias con aquello estaría más que feliz de dejarle toda su cara de color morado y hasta más que eso.

Pero aquí estoy, caminando cabeza abajo directo a mi casa con ánimos hasta el suelo, normalmente siempre venía acompañado de Kyo para que me suba un poco los ánimos y eso siempre funcionaba, pero luego me enteré que esté se había unido a un club escolar y por eso ahora tengo que irme yo directo a casa solo, no podía entenderlo de todo, ¿Por qué alguien como él se uniría a un club si jamás estuvo interesado en primer lugar? Si fuera cualquier otro chico pensaría que sería por las chicas que se encontraban en ese mismo club, Rías Gremory, Akeno Himejima y Koneko Toujou, tres de las chicas más hermosas que había en la academia Kuoh. Pero como estamos hablando de mi hermano era más que obvio que no sería por eso.

Recordaba como hace tan solo un año este término con su novia solo porque ella decía todo tipo de comentarios desagradables hacia mi persona; conocía a Kyo mejor que nadie y sabía lo mucho que el se había esforzado para poder ser un buen novio y todo ese esfuerzo se fue directo a la basura solo por querer protegerme. Internamente me sentía culpable de casi todo lo malo que le sucedía a mi hermano, por mucho que esté insistiera en qué nada malo pasaba yo no podía evitar pensar en todo lo contrario, de hecho, tanta es mi inseguridad que pensaba que el también me odiaba en secreto pero por muchas pistas que buscaba jamás encontré nada que pudiera hacerme ver qué realmente me odia. De hecho, muy en el fondo de su escritorio hay una pequeña libreta donde tiene anotado el cumpleaños de cada persona que el considera amigo o amiga cercano, incluso tiene el mío, esto solo me hizo sentir peor al pensar que mi hermano me pidiera odiar.