Metrópolis. Reino pacifico, con buena gente, economía estable-más o menos-, con lugares hermosos, bosques bastantes lindos y cuidados, lagos limpios, las trabajos allí eran bastantes buenos, tanto en tratado como en pago. Un reino bastante tranquilo y bueno. Los responsables de este gran y hermoso reino son el Rey Clark Kent junto a su esposa Lois Lane, la reina, ambos tienen más de veintiocho años de casados, si los vieras de lejos puedes ver una chispa muy hermosa, que es su amor puro y sincero.
En este mundo, lamentablemente las primeras razones del casamiento no son por amor, sino por obligación, los reyes juntan a sus hijos para unir reinos para el beneficio de uno. La razón del matrimonio Kent-Lane no fue diferente, al contrario, también fueron obligados a casarse, pero lo bueno fue que ambos se conocieron desde muy pequeños formando un amor a muy temprana edad.
El reino de Lois estaba por la quiebra por lo cual sus padres al ser amigos de los reyes de Metrópolis, padres de Clark, decidieron casar a sus hijos, a ellos de cierta forma les alegro la noticia de que, si, se casaron a la fuerza, pero, se casarían con su amor, aunque no les agrado del todo el como y porque se casarían, pero se casarían con el amor de su vida.
Tanto fue y es su amor que tuvieron dos hijos. El primero es Conner Kent de veinticinco años. Un chico un poco alto para su edad, de cabello negro chino y a la vez liso, tiene un buen cuerpo trabajado gracias al ejercicio que hace, su piel bronceada lo hace lucir bastante atractivo, un ojo lo tiene de color azul y el otro de color gris, y no, Lois no engaño a Clark con nadie, solo es genética de algún antepasado de Lois.
Kon, como le dicen sus amigos y familiares, tiene una cicatriz de una quemada en la muñeca de su mano izquierda hecha gracias a que de pequeño su madre estaba calentado agua y él al estar bastante cerca del fuego, por accidente tiro la tetera en la que estaba el agua, ya hirviendo, y calló en su muñeca. En fin. Conner es un chico bastante guapo. Salio a su papá en el aspecto físico, excepto por el ojo, claro. Su personalidad es algo atrevida, coqueta, pero es buena persona como su padre y madre, es bastante valiente. Ayuda a cualquiera que lo necesite, es bastante solidario.
El segundo hijo es Jonathan Kent de diesisiete años recién cumplidos. El, al igual que su hermano, tiene cabello negro pero más rizado, ambos ojos los tiene azules como su padre, su piel blanca pero a la vez bronceada con algo de pecas en su cara lo hacen ver adorable y lindo para su edad. Él también tiene una cicatriz pero en su cuello y parte de su cara del lado derecho, su razón aún, por extraño qué suene, se desconoce de como se la hizo, solo se sabe que él junto a unos guardias salieron al bosque por fruta y plantas medicinales para su abuela, Martha Kent, pero al regresar dos días después ya tenía el cuello y media cara vendada, excepto los ojos y nariz. No quiso decir como le paso. Eso le ocurrió a sus jóvenes 15 años. Su cuerpo está bien cuidado y tiene algo de musculatura, no tanta como su hermano pero si para que en la ropa se notará su cuerpo trabajado. El también es un chico bastante atractivo. Su personalidad es amable, bastante solidario, mucho de hecho. Ayuda a los demás sin esperar nada a cambio, solo su felicidad como pagó, es muy valiente e inteligente, es algo llorón según le dice Conner.
Pero ya, suficiente de la familia Kent, me imagino que por lo viniste es por drama, drama triste, de enojo y romántico, ¿no es así?, bueno, ahora si, ¿listos para el intento de drama?. Pues ahí vamos.
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.Era un día normal en el reino de metrópolis. Las aves cantaban, no hacía viento ni nubes, el sol estaba bien puesto. O bueno, se veía que iba a pasar eso. Si. El día perfecto, excepto para Jonathan, qué se me olvido decirles, será un protagonista de esta historia, el principal protagonista.
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Reino Kent-Wayne
FanfictionJonathan Kent, un adolescente de recién diesiciete años cumplidos, príncipe del reino de Metrópolis. En este mundo el casamiento mayormente es por obligación, ya sea por unir reinos o por el beneficio de un rey o por la falta de necesidades en los r...