6. El beso qué ambos querían.

840 40 10
                                    

Pablo G.

Sabía que podría estar alucinando, o qué podría estar soñando; lo único que quería era creerme el que estuviera junto a mí en Sevilla. Mirarlo a los ojos era un acción que me haría llorar al momento. Lo extrañaba, cómo nunca antes lo había hecho, él era una curita para mí corazón, era esa luz al final del túnel cómo bien se dice de boca en boca.

Sabía que debía mejorar en todo, debía estar bien para poder ser feliz con quién de verdad me lo merezco. Valía la pena enamorarme de él, sin importar lo que haya pasado al principio, los problemas y mal entendidos.

—Necesitaba verte hace bastante tiempo. Pero debía dejarte un tiempo a solas. —dice mientras se acercaba a abrazarme.

Sabía que no era el momento indicado de hablar, quería quedarme abrazado a él, era mí lugar seguro, sólo con él tenía la valentía de sacar mí lado romántico «sin miedo de ser traicionado».

—Discúlpame... —digo con una voz quebrada y susurrante, mientras lágrimas caían por mis mejillas qué se encontraban algo tibias—, Disculpa por decirte una excusa para alejarme de ti sin explicación alguna.

—No pidas disculpas. Sabes que todo fue mí culpa. —dice mientras limpia las lágrimas que caían de mis ojos—, Sólo olvidemos lo sucedido y seamos felices de una jodida vez.

Estaba arrepentido de alejarme de la persona qué amo, no sabía el daño que me hacía y le hacía a él. Arrepentido estaré de por vida por simplemente dejarlo pasar y no dejarlo hablar.

Sentir él calor de su cuerpo era algo relajante —esos brazos que tanto extrañaba sentir— su olor, el cuál lugar que iba y lo sentía, sabía que estaba ahí conmigo y no me encontraba solo.

La soledad antes de él fue una etapa dolorosa que hasta ahora no logro superar pero cómo bien se dice «Va a pasar porque yo voy a hacer que pase. Voy a sanar porque debo mejorar».

—Pedri, ¿Realmente viniste porque me amabas o porque soy sólo tu amigo?

—Joder Gavi, ¿Cuántas señales debo darte para que te des cuenta de todo?

—¿De todo? —digo confundido sin entender nada de lo que me había dicho hace un momento.

—Gavi, si me fui kilómetros lejos de mí casa, fue porque realmente te amo y quiero estar contigo. Vine porque no soportaba un día más sin ti, sin él amor de mí vida.

Lo abrazo fuerte y tiernamente. Sabía que lo que me decía no era un juego, nunca lo haría con nadie. Para él, el amor era algo serio y no un juego.

Luego de ese abrazo, nos miramos cara a cara sin decir palabra alguna, aún que luego de algunos minutos Pedri decide roper el silencio que había en la habitación.

—Gavi, no debí permitir que ella me besará. No tenía claro mis sentimientos pero luego de todo supe que tu eras la persona con la que quería pasar el resto de mis días, hasta morir si pudiese.

—Tranquilo, lo que ella haya hecho no fue tu culpa. Ella fue la gilipollas que te beso, tu realmente no querías eso.

Un gemido salé de mis labios al momento que se acerca y roza nuestros labios pero sin juntarlos para un beso de ambos.

Sus manos se posan en mis caderas apretando fuertemente sin hacerme daño con sus manos. Los nervios no tardaron en llegar, posiblemente estaba con mis mejillas rojas por la situación en la cuál me encontraba.

—Pedri... No hagas eso, siquiera sabes lo que haces. —digo en un susurró que sólo el podrá escuchar.

—Dime, Gavi ¿Que estoy haciendo en este momento? —dice susurrando en mis labios rosados y mojados.

—Lo único qué haces es provocar algo que posiblemente luego no te guste y no podrás alimentar.

—Entonces, déjame probar y saborear un poco. Luego veré si me gusta lo que estoy probando.

—Te vas a arrepentir. Mejor no lo hagas. —digo tratando de qué no haga algo de lo qué luego se arrepentiría.

—¿Hacer qué, Gavira?

—No lo hagas, González. —trato de advertirle antes de lo que sea que quiera hacer.

—Realmente necesito sentir tus labios golpeando los míos.

Mariposas siento en mí estómago al momento que junta nuestros labios en un suave y amoroso beso. En ese beso nos dijimos miles de cosas que no eran difíciles de entender —los nervios simplemente me matan—.

—Al parecer te gustaron mis labios, chico. —digo en una leve risa.

—En éste momento soy adicto a tus jodidos y dulces labios. —sus manos abrazan mí cintura.

—Cuando quieras son todo tuyos.

—¿No te acabó de dejar en claro que son y serán míos? Sólo yo puedo besarlos, qué te quede claro.

—Te amo... —le digo mientras me acomodó en sus piernas y quedó en un profundo sueño.

Me dormí sintiéndome un chico afortunado de estar con Pedri. Nunca pensé que terminaríamos juntos, pero, «Las cosas pasan cuando uno menos lo espera».

“Él era lo que menos pensé que me pasaría”.

Ferran T.

Siquiera me sorprendí al enterarme que Pedri había ido a Sevilla a por Gavi. Perfectamente se sabía qué él haría todo por estar junto a su chico, sin importar el qué, él era su chico y siempre lo será —bastantes veces lo repetía—.

Al momento en qué Xavi nos informo qué ambos no estarían hasta algunas semanas o algunos meses. Necesitaban ése tiempo para poder estar bien y tener una relación estable, sana y buena. Era triste ver por todo lo que tuvieron que pasar para estar juntos, ellos se merecen ser felices ahora.

—De verdad, estoy muy feliz por los dos. —dice Ansu a mí lado mientras maneja por las calles de Barcelona. Hace algunos minutos había terminado él entrenamiento y teníamos unos días libres y con este habíamos planeado algunas cositas por ahí.

Primero hablamos con Gavi y Pedri sobre ésto y ellos gustosos aceptaron, era eso lo que necesitábamos para poder continuar el plan. Realmente los extrañamos y ésto nos volverá a unir como el cuarteto qué éramos cuando ellos estaban en la ciudad.

Ansu me dejo en mí casa para luego ordenar mis maletas, llevaba ropa para una semana y cosas de higiene personal. En mí mochila coloque lo que debía tener a mano, cómo mí celular, cargador, audífonos, comida, etc...

Me vino a buscar Ansu cómo a las 4 de la madrugada, queríamos llegar a la mañana para poder pasar el día con los dos y claramente con la madre de Gavi, todo le teníamos cariño y respeto, al igual que a todas las madres del equipo.

Llegamos pasado las nueve y media, fuimos recibidos en Sevilla alegremente, con desayuno en la mesa, y obviamente aprovechamos y nos alimentamos lo que no nos alimentamos en el viaje. Sólo habíamos comido unos Doritos, con algunas frutas, agua y jugos.

El día se disfruto y se pasó bien, ya extrañabamos a nuestros amigos y pasar un día con ellos fue lo mejor, ahora les toca soportarnos está semana completa.
————————————————

Hace un mes salió el libro y la queso.
No nada chicos, gracias gente random que ama este ship tanto cómo yo :)

SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora