Prologo: Carta a la Vida

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Soy Diana, tengo 16 años, y hoy repasare mi historia, esta mañana me levante con una decisión tomada, otra noche de insomnio y gritos ahogados en mi almohada, pasadas las doce fue que me puse a pensar ¿Para que continuo viva? No lo entiendo, mi existencia ya no tiene sentido.

En este momento no se me ocurren las palabras correctas para plasmar en el papel, me encuentro sentada en el ático, mi lugar favorito en toda la casa, mi madre odia que este aquí será porque es el lugar que ha visto mis lágrimas, que me ha visto caer a pedazos, que me ha acurrucado en sus esquina que me ha dejado convertirme en parte de sus paredes y sus pisos, su aspecto descuidado, el suelo polvoriento todas y cada una de sus muros llenos de telarañas...creo que de alguna forma este lugar siempre ha demostrado lo que soy, creo que es aquí donde acabare conmigo, o tal vez no, aun nada está dicho...las excusas se me han acabado, las mentiras me han asesinado, y el dolor es lo único que me saber que mi corazón sigue latiendo.

* * *

La Vida es extraña...así la veo yo llena de idas y vueltas, llena de laberintos a veces con finales y otras veces inconclusos, creo que la mayor enseñanza que me ha dejado la vida...bueno mi corta vida es que todas y cada una de las persona que pasan en tu camino dejan una huella a veces fuertes y a veces tan mínimas que con el tiempo se borran...sigo sin saber cuál de las dos tengo más...aunque muchas de esas huellas también dejan heridas, y esas heridas no son fáciles de curar, creo que la vida nos genera demasiadas heridas y a veces muy pocas sonrisas, tal vez por eso se valoran las sonrisas...porque no todo el mundo tiene el valor de mostrarlas. Por eso decidí escribirle una Carta a la Vida, tal vez así la lea y cambie de alguna forma, y creo que es una esperanza vacía.


Carta a la Vida:


Vida... ¿Quién eres? Eres una extraña ilusión? No creo que seas una ilusión, tal vez algo más fuerte, tal vez un sueño del cual despiertas al cerrar los ojos con el corazón detenido...eres una simple promesa que estas siempre presente, que vives enamorada de todo, que juegas con todo, que baila el vals jugándole bromas a la Muerte...Yo te veo como un titiritero que mueve los hilos a su antojo, que mueve a los pequeños muñecos construyendo sus obras, sus diálogos, sus sentidos, sus dolores, te encargas de armar y destruir a tu gusto, eres alta, con cuerpo de madera con el cabello negro, no puedo imaginar cómo sería tu rostro pero creo que tendrías una máscara puesta, tal vez alguien que te haya visto fue quien se inspiró para hacerlas bonitas mascaras Venecianas...no creo que seas como nosotros o que puedas sentir todo lo que nosotros sentimos...sería extraño que sintieras ese dolor.

Las haces ser fuerte, o eso dicen, lo que no te mata te fortalece ¿verdad? Pues adivina a mí me has asesinado, pero por dentro, te he pedido tantas respuestas, he necesitado rendirme tantas veces y has tirado de los hilos tan fuerte que mis muñecas sangran, mis piernas siguen tu camino...pero dime Vida ¿Cuál es el camino que me has marcado? O es que yo tendré que hacerlo? Debemos hacerlo? Pones las cosas en tu obra como si fuera sencillo construyes cada escena cada detalle, cada punto y coma...te contare lo que pienso:

Pienso que eres un libro...con dibujos, colores, imágenes, páginas en blanco y otras arrancadas, escritos borrados por las lágrimas que cayeron en sus hojas...un libro de extensos capítulos, que escribes...no, que escribimos nos convencemos de que controlas nuestras manos, pero somos libre de escribir nuestra en realidad lo que haces es intentar guiarnos a veces no de la mejor forma, pero Los humanos somos ciegos que vemos lo que queremos, pero aprendemos a ver solo cuando perdemos lo que tenemos...Así que entonces...seguirás siendo la incógnita en el libro que leamos, y seguirás presente ante nuestro destino que apenas comienza a escribirse, pero que pronto se terminara...

"Los humanos somos ciego que vemos lo que queremos, pero solamente

aprendemos a ver cuándo perdemos lo que necesitamos"


Atte.: Diana


Cartas de una SuicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora