II

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>Vegetta:

El Alfa de cabellos negros se quedó viendo a dónde el chico desconocido se había ido. - nunca lo había visto por aquí...- fue lo paso por la cabeza del más alto, sin percatarse que su pareja lo miraba con clara molestia, aunque está era disimulada por su mirada normalmente aburrida.

- El chico nuevo llamo tu atención ¿No?- indagó "sin interés" Rubius, sus manos se metieron en las bolsas de su sudadera, mostrando claro aburrimiento.

- No empieces, doblas.- respondió en un suspiro el mayor, ya sabía a dónde iba su pareja con ese comentario.

- No estoy diciendo nada, tú lo malinterpretas. Por algo será...- dijo lo último en un susurro para que su contrario no escuchará, algo que no funcionó.

Un suspiro salió de los labios del mayor, no tenía ganas de pelear con su pareja por algo que ni caso tenía.

- Es un estudiante nuevo, ni siquiera lo conozco, no sé porque piensas que me gusta.- argumento el pelinegro.

Rubius no respondió, sabía que Vegetta tenía cierta razón, pero aun así su "sexto sentido" le decía más cosas. Desvío su mirada a cualquier lugar menos a su pareja, topándose con uno de sus amigos.

- Si sí, tienes razón Vegettita, solo son ideas mías. - dijo haciendo un gesto con la mano para restarle importancia.- puedes irte con tus amigos a almorzar, yo voy con Auron.

No dejo ni que su contrario le respondiera, pues se alejó rápidamente de ahí, vegetta no dijo nada, después de todo así era su pareja, era mejor dejarlo ser a terminar en una discusión que no llevaría a nada.

Arrugó su entrecejo al ver qué efectivamente Rubius estaba con Auron platicando de lo más tranquilo y alegre, no era alguien celoso, claro que no, eso quedo bien demostrado cuando aun estando con Rubius en una relación jamás le prohibió hablarle a otros alfas o betas, ni tampoco le pidió que dejara de hablar con sus amigos.

Él no era así, para él eso era ser infantil. Pero aun así no podía evitar sentir rechazo hacia Auron, no sabía por qué, pero no le quiso dar más importancia, así que solo se dio la vuelta y empezó a caminar en busca de sus amigos.

(. . .)

>Quackity:

Las maldiciones salían de la boca de Quackity cómo si ese fuese su idioma original y no el español.

¿La razón?

Simple y sencillamente; no sabía absolutamente nada de las instalaciones, ni donde estaba el baño, ni los salones, ni nada. Solo conocía la cafetería.

Apretó la mandíbula con un poco de fuerza, eso le pasaba por llegar tarde. Pero vamos, no estaba arrepentido, le encantaba dormir y soñar con cosas que quizás jamás iban a pasar en su vida. Rápidamente, se perdió en sus pensamientos, ignorando todo su entorno y solamente concentrado en cualquier tontería que se le ocurriera.

- Oye, ¿Estás perdido?- escucho una voz a su lado, inmediatamente pego un brinco y llevo su mano derecha a su pecho de forma dramática.

- ¡Casi me matas de un susto pendejo!- exclamó tomando aire de forma exagerada.

- Oh, lo siento.- río nerviosamente el contrario, el chico nuevo sí que era "raro".

- Si, como sea... Oh, ¿Eres el qué estaba con el wey qué me quería matar con la mirada?

- Ah, sí. Soy Samuel de Luque, pero puedes decirme Vegetta. Y lamento los inconvenientes con mi pareja.

- ¿Ese es tu pareja? Vaya gustos. Bueno, soy Alexis, puedes decirme Quackity, o "amor" si los otros dos son muy largos.- sonrió divertido, el más bajo.

El más alto se rio un poco fuerte. Aquel comentario incluso hizo que dejara pasar el primer comentario de Quackity en donde le juzgaba por sus gustos.

- Bueno, "amor" - hizo comillas con sus dedos, no iba a negar que le parecía divertido seguirle el juego al nuevo.- ¿Estás perdido?

Una sonrisa divertida apareció en el rostro del más bajo.

- Bueno, como verás, sí, estoy perdido. Así que ayúdame a saber cómo funcionan todas estas mierdas de horarios, clases y esas mamadas.- pidió, o mejor dicho; exigió el más bajo.

Ser un confianzudo era uno de sus mejores dones. También el hacer amigos se le daba bien. Y el tipo frente a él le parecía alguien agradable, aparte que le seguía el juego en sus tonterías.

- Uy, ¿Ni siquiera por favor?- ladeó la cabeza el más alto. Claro que ayudaría a Quackity, pero quería hacer un poquito de drama.

Las mejillas de Quackity tomaron un ligero color carmesí. Quizás sí se estaba pasando de confianza.

- Si si, eso, por favor.

- Pareces un tomate.- se burló Vegetta, el contrario tapo su rostro jalando su gorro hacia abajo, lo suficiente para cubrir su cara.

- Pendejo, me chiveas.- se quejó aun sin dejar que su contrario lo mirara.

- ¿Chiveas?- pregunto curioso el más alto, era una palabra nueva para él.

Quackity destapó su cara al escuchar la confusión del otro, no podía creer que Vegetta fuera tan inculto.

- En mi diccionario es como decir que te avergüenzas.

La boca de Vegetta forma una "o" al tener un nuevo descubrimiento.

- ¿Me vas a ayudar o vas a seguir chiveandome? - las risas levas del pelinegro más alto no se hicieron esperar.

- Bien bien, vamos, te mostraré las instalaciones.

Quackity sonríe complacido; quizás ya tenía nuevo amigo, así no estaría tan solo en ese lugar desconocido. Sintió como el ardor en sus mejillas iba disminuyendo, Vegetta le había caído bien definitivamente.

intercambio [Vegetty]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora